Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez

Capítulo 131

{Narras Tú}

—No puedo vivir sin ti – me murmuró entre besos con voz atormentada – Te amo, _____. Más de lo que puedas imaginarte. Te amo más de lo que alguien haya amado jamás.

Apoyé la cabeza contra su hombro, entre sollozos. Él acarició mi cabello intentando consolarme pero yo me sentía devastada.

No merecía a aquel hombre tan maravilloso.

Lo adoraba, pero aquello no era suficiente. Él necesitaba alguien que le diera todo, y no como yo, que vivía confundida pensando en entregar su amor a otro hombre.

—No me dejes, lo lamento – musitó contra mis labios.

¿Cómo podía cambiarlo todo de un instante a otro?

—Joel, te quiero demasiado como para ocultarte esto – le dije antes de cavar mi propia tumba – En la fiesta de Zabdi, Christopher me besó – él me observó sereno, pero sabía que había tristeza detrás de esos ojos, podía notarlo al ver su mandíbula temblar – Y yo le correspondí – bajé la mirada esperando escuchar la sarta de insultos que merecía, pero en cambio, solo sentí la palma de Joel acariciando mi espalda. Lo observé desconcertada.

—¿Aún sientes cosas por él? – preguntó directo.

—No las sentía – admití – Pero verlo solo ha removido viejos sentimientos – dije avergonzada y tapándome el rostro con las manos.

Escuché el profundo suspiro de Joel.

—Eso no me importa – murmuró con dulzura en mi oído – Te amo, _____. Él te ha lastimado, y te haré olvidar todo. Quiero que seas feliz, y sé que puedo darte esa felicidad que necesitas. Solo permíteme amarte. Sé que te sientes confundida, pero es solo porque no has cortado ese lazo de raíz. Te haré olvidar todo – repitió en un susurro totalmente irresistible.

¿Olvidar todo? Si dos años lejos de Christopher no me habían cambiado en nada, ¿De qué serviría? Él gastaría su tiempo conmigo en vano.

—Joel, no te merezco – dije intentando que mi voz no tiemble. No quería sonar falsa, y las lágrimas solo serían un patético berrinche de histeria – Eres demasiado bueno para mí. Necesitas a alguien que esté a tu altura. ¿Para qué complicarte la vida con una estúpida y confundida mujer? No te lo mereces.

Él me observó pensativo y luego sonrió.

—Porque de esa "estúpida y confundida mujer" que tú dices, me he enamorado.

Acarició mi mejilla con suavidad, y luego me atrajo hacia su rostro de nuevo.

—Déjame que cure esas heridas, _____. Sé que están ahí, y que cada vez que recuerdas a Christopher, te lastiman más. Déjame hacerte olvidarlo – murmuró besando mi cuello.

—No te merezco – repetí en un susurro apenas audible.

—Si me mereces. Me haces el ser más feliz de la tierra. Lo único que necesito de ti es tu amor, cariño – dijo él en voz baja recostándome en el sillón.

Me dejé llevar por aquella sensación tan placentera que recorría mi cuerpo cuando él me tocaba.

¿Podría realmente hacerme olvidar todo? Ese no era el problema, sencillamente era yo la que no quería olvidarlo.