Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)

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Al bajarme del avión ya personas de la compañía me esperaban. Me sentía cansada después de tanto tiempo sentada, sin poder pegar un ojo en cuatro días gracias a la ansiedad que sentía. Era irreal estar en este lugar, y aunque el miedo me oprimía el estómago, no podía estar más contenta.

-Lamento que tenga que ser así, pero el jefe quiere que vaya a la compañía antes de que se instale.

-Descuide. De todas formas no estoy cansada.- Mentí. Así fue como con todo y equipaje, posiblemente viéndome como la peor versión de mi misma, terminé en la oficina de mi jefe. Acordamos la hora que debía ir a trabajar al día siguiente, en la mañana firmaría mi contrato.

-Iré a presentarla ahora, sígame.

Estaba más nerviosa de lo que nunca había estado en mi vida. Bueno, se podría comparar al día que hice la entrevista por video. ¿Quién podía pensar que iba acabar trabajando con mi grupo de cantantes favoritos, siendo su intérprete? Mi jefe caminó, recorriendo algunos pasillos. La compañía era un poco más pequeña de lo que creía, pero de todas maneras, espaciosa. Muy pronto, se escuchó la música ahogada por las paredes. Creo sentir que me fallaban las piernas y el pulso se aceleró anticipando el momento. La puerta se abrió como un sueño, revelando a los seis integrantes en su práctica.

La música terminó varios minutos después de entrar al estudio. Mis manos sudaban mientras jugaba con mis dedos en la espalda de forma nerviosa. No colapses. Tenía que usar mis fuerzas para no hacer par de cosas... como por ejemplo: ponerme a gritar como una fangirl, bailar su coreografía que me sabía de memoria, entre otras cosas. Con todo y nerviosismo, no pude evitar sonreír y sentirme orgullosa de ellos. Lo malo de saber toda su vida era que los consideraba como amigos, y ellos no conocían ni siquiera mi nombre. Por lo que amigos, era una palabra realmente lejana.

El jefe me presentó por fin, ellos hicieron una reverencia breve, como parte de su cultura, yo hice lo mismo en respuesta. Todos me sonrieron, fue una cálida bienvenida. Entonces me pregunté cómo me veían. Yo era muy diferente, una latina con cabello rizado, de piel tostada quien los sorprendió hablando muy bien su idioma. Era rara entre ellos, por lo que me dio curiosidad cuales fueron los pensamientos que cruzaron su mente.

El encuentro fue breve, ellos debían volver a su práctica y yo a mi nuevo lugar. De alguna forma logré salir del estudio, temblaba como gelatina de pies a cabeza. Segurísima de que parecía un gatito asustado, lo único que faltaba era que fuera a esconderme en alguna esquina.

Atontada hice el viaje al pequeño apartamento. El cansancio que se frisó cuando vi a mis cantantes favoritos, volvió con ganas cuando vi la cama llamándome desde la habitación. Después de haber cruzado medio mundo, la impresión de conocer a mis ídolos con los que trabajaría, fue en gran medida algo agotador. Todas las cosas que pensé hacer cuando llegara a casa, como ser productiva y desempacar, fueron apagándose poco a poco. Me arrastré hasta la cama, y antes de caer como muerta puse la alarma en el caso de que durmiera a rienda suelta hasta el otro día.