78

56 9 4
                                    



Escuché el sonido de alguien insertando el código de la puerta, me puse de pie extrañada. ¿Estaba escuchando cosas? ¿No era suficiente con escuchar a Ravi llamarme de vez en cuando, sino también necesitaba escucharlo poniendo el código de mi puerta? Esto está peor de lo que pensé. Para mi sorpresa, la puerta se abrió. No estaba tan loca después de todo, Ravi estaba allí. Estaba muy confundida como para tan siquiera pelearle por el acto sin vergüenza de entrar a mi casa sin previo aviso.

-No has cambiado la contraseña de la puerta -Su voz era quedada, ¿triste, tal vez? No dejé que eso me afectara.

-No hay necesidad. No pensé que fueras a venir de todos modos –Era totalmente cierto, lo menos que me esperaba era encontrarme con él aquí adentro-. ¿Qué te trae por aquí? –Le di la espalda y caminé hasta la cocina, solo por tener algo que hacer.

-He venido a traer tus cosas –Y por cosas, quiso decir la bufanda y gafas que le presté hace tiempo. Esa bufanda y gafas que fueron el comienzo de nuestra corta historia... aparte de eso, no había nada más que dar. A menos que me fuera a devolver los regalos que le di, nada de nada.

-Pudiste dejarlo en la oficina. Lo recogería de todos modos.

-Te mencioné que te los daría en persona -Reí sin humor.

-Lo hiciste, solo que no pensé que eso importara ahora -Le tajé.

-No has ido a la oficina... -¿Y qué? No era precisamente como si me extrañara. Bastante que fui ignorada por él a lo largo del tiempo. Además, decidí tomar un tiempo alejada del problema para salvar algo de mi salud mental. Visitaba la compañía con frecuencia para ver a mis chicos que no tenían que ver nada con estos problemas y a ellos todavía los adoraba, obviamente.

-Ajá –Lo miré, tratando de descifrar por dónde iba su tren de pensamientos. Fue un grave error que pagaría más tarde. Seguía viéndose hermoso, posiblemente un poco más delgado, pero adorable. De alguna forma, el Ravi que había pasado todos esos momentos conmigo estaba allí. No, no seas tonta Lorena. Tú solo quieres que esté aquí. Ese que conociste se fue. Ahora queda el artista que apoyas.

-¿Irás al viaje con nosotros la próxima semana? -Reí.

-Sí. Sigo trabajando con ustedes, Ravi. Nuestra relación personal no importa aquí –Fácil decirlo, hacer que de verdad no importaba era algo completamente diferente-. ¿A qué viene la pregunta? Aseguras que tus hermanos no te maten por idiota. No te preocupes, eso no pasará. Si te preocupa que deje el trabajo, estate tranquilo, me costó mucho llegar aquí. Si te preocupas por mí -Me encogí de hombros aunque el esfuerzo dolió-, no lo hagas, pierdes el tiempo. Estoy perfectamente -Una mentira.

-Ha Neul... –Me miró con intensidad y soltó un respiro frustrado. Cuando iba a decir algo, el timbre sonó-. ¿Esperas a alguien? –No, la verdad no.

-¿Eso te importa por? -Caminé con paso decidido hasta la puerta. Al abrirla me encontré con Shin Hwa, llevaba unas bolsas en las manos.

-Pensé que no probarías...

-¡Estás aquí! ¿Por qué tardaste tanto? -Usé la mayor emoción que pude estando como estaba. El fotógrafo me miró confundido, pero entonces vio a Ravi detrás de mí y entrecerró los ojos.

-Fui a comprar eso que morías por comer –No perdió el tiempo en preguntar qué pasaba.

-¿Lo trajiste? ¡Eres el mejor! -Celebré. Ravi se aclaró la garganta.

-Creo que es hora de que me vaya -Ambos, Shin Hwa y yo, nos hicimos a un lado de la puerta para dejarlo salir.

-Eh, ¿Ravi? -Lo llamé-. Realmente espero que todo en tu vida vaya como quieres –Esto se lo deseaba en serio. Que hayamos terminado no quiere decir que no le desee lo mejor, tanto personal como artísticamente. Ravi solo me miró tendidamente, y asintió antes de dar media vuelta e irse.

Una vez el desapareció de mi vista, sentí que los pies me temblaron y Shin Hwa estuvo allí para sostenerme. Ya había aguantado mucho tiempo fuerte y todo ese tiempo ahora me estaba pasa la factura. El fotógrafo me ayudó a entrar y a sentarme en la silla.

-Debes comer algo –Asentí vagamente porque no tenía energías para negarme.

Al caer la primera cucharada de comida al estómago me dio un calambre que me hizo doblarme. ¿Hace cuánto tiempo no probaba algún bocado? Sentía los estragos de cada uno de ellos. Comimos en silencio, aunque Shin Hwa siempre estuvo pendiente de que lo comiera todo.

-Gracias –Dije al finalizar-, por la comida y llegar justo a tiempo. No creía que pudiera aguantar un minuto más sin desmoronarme -Tomé un respiro hondo-. Me siento tan patética...

-Todo estará bien –Por alguna razón eso me sacó una sonrisa.

-Todo estará bien, eventualmente lo estará -Él asintió devolviéndome la sonrisa.

-Ya que estamos. ¿Recuerdas la oferta de modelaje que te hice hace mucho tiempo atrás? Sigue en pie –Eso me emocionó. Ahora que trabajaba desde casa, tenía tanto tiempo libre que me estaba volviendo loca.

-¿No mientes?

-Para nada. Modela para mí, ¿por favor? Tengo unos proyectos y aún la compañía que ha estado pendiente de ti, me sigue contactando. Has esa campaña -Tomé un respiro hondo. No me gustaba la idea de hacer algo en grande. Ser modelo para su portafolio de fotógrafo y hacer la campaña eran dos cosas completamente distintas. Entonces la voz de Ravi se escuchó tan clara en mi mente que pensé que había enloquecido: ¿qué tienes para ofrecerme como artista? Eres solo una trabajadora que no tiene ninguna conexión.

-Lo haré –Y le demostraría a todos que podía ser más que lo que ellos pensaban. Han abierto un abismo y quiero hacerles pagar, aunque me moleste el proceso-. Solo tengo unas peticiones.

-Te escucho -Eran cosas tontas, como que yo escogería cuando mi cabello será lacio, pues conozco este mundo y lo primero que harán es alizar mi cabello hasta que un día mis rizos desaparecerían y yo amaba mi cabello tal y como estaba. También el hecho de que no dejaría de trabajar con Vixx por lo que mi horario lo haría yo y los demás trabajarían en consecuencia. Shin Hwa escuchó todo atentamente.

-No esperaba menos. Ahora quiero yo hacerte un petición.

-Escucho.

-Permíteme ser tu manejador –Reí.

-¿En quién más podría confiar para ese trabajo? Me estás haciendo una petición tonta, teniendo en cuenta de que ya pensaba en ti como mi manejador –Fue su turno de reír.

-Muy bien. Paso por ti mañana en la mañana. Tenemos mucho que hacer.

-Perfecto. No puedo esperar –En efecto. Quería con ansias comenzar esta nueva etapa de mi vida. No sabía con qué iba a encontrarme, posiblemente tendré muchos nuevos dolores de cabeza, pero era algo nuevo y eso siempre era bienvenido.


Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora