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Me miré al espejo y este me devolvió una mirada triste. Dentro de las paredes de mi apartamento no debía fingir lo mal que me sentía. A pesar de que los chicos han sido una fuente constante de apoyo, el vacío estaba allí. Lo sentía cada vez más pesado y profundo. Dormía a fuerza de pastillas y estas no cesaban los sueños con él, tampoco el sentimiento de extrañarlo.

Encendí el agua, posiblemente me sentiría mejor luego de una ducha. Aunque tal vez lo que necesitaba era mudarme a otro lugar... Tenía tantos recuerdos aquí con Ravi que era comprensible que aún siguiera llorando como el primer día. Tal vez mi mente colapso de plano. El agua caliente cayó en mi cabeza y como si hubiese abierto una puerta, todo de Ravi inundó mi cabeza. Las lágrimas no se hicieron de esperar, esas lágrimas tan tristes y amargas que se negaban a marcharse. Las vivencias junto a él se avivaron. ¿Por qué había sido tan feliz? Ahora que la mentira enmarcaba cada una de ellas, me hacían sentir como si estuviera siendo acuchillada.

-Para, por favor... -Susurré desesperadamente, con mis manos en los oídos como si esto pudiera apagar su voz.

Nunca mi vida ha estado con tanto ruido y silencio. ¿Estaba viva? Los sollozos quebraron mi garganta y el mar de lágrimas se mezclaba con el agua que caía. La ropa se pegaba a mi cuerpo como un inútil consuelo. Mi espalda encontró las losas de la pared hasta resbalar sin fuerza al suelo. Abracé mis rodillas y escondí mi cara entre ellas. El agua seguía cayendo al igual que mi estado de ánimo. Ugh, tenía que hacer algo antes de que muriera.

-Nada va a ayudarte a salir de esto más que tú... -Me dije con fuerza y aún con lágrimas en los ojos me puse de pie.

El piso se empapó mientras caminaba con la ropa goteando agua hasta mi cuarto. Me envolví alrededor de una toalla. Sequé las lágrimas y luego lamenté haberme metido al agua con la ropa que recién me puse. Ahora debía cambiarme de nuevo. Busqué ropa para salir, encontrando la que Vixx me regaló para mi cumpleaños y me arreglé, poniéndome lo más linda que pude. No sabía para donde iba, pero por los dioses, tampoco me quedarían encerrada. No iba a seguir lamentándome de mí misma. Lo hecho, hecho ya estaba.

Decidí obligarme a comer algo sencillo. No tenía hambre, ni una poca... tampoco recordaba cuando fue la última comida que tuve. Fui a la compañía para ver a mis chicos que no veía desde hacía par de días. Entre tanto y todo, ellos estaban ocupados y yo para los efectos también. Era temporada de las competencias de fanfics, dibujos y otras cosas dedicadas a VIXX que celebraba todos los años en el fanbase. Normalmente cada administradora subía algo, no para participar en la competencia, sino para motivar a otras a hacerlo. Como siempre me tocaba coordinar a los demás, y dado que estábamos afiliados a la compañía, requería otras cosas adicionales. Me encontré con los cinco cuando estaba entrando. Ellos sonrieron abiertamente al verme, seguramente estaban aliviados de que después de un mes de la noticia me estaba viendo como más yo.

-Les dije que la ropa se vería genial en ella –Dijo N orgulloso.

-Te ves perfectamente. ¿Para dónde vamos? –Preguntó Hyuk.

-En realidad solo pasaba a verlos. No tengo nada en mente.

-¡Es bueno verte de nuevo por aquí! ¿Es verdad que trabajaras desde tu apartamento? –Era algo para lo que estaba haciendo los transmite. Necesitaba un tiempo lejos de este desastre que estaba sucediendo.

-No te preocupes Hongbin, seguiré estando detrás de ustedes. Solo que no en los previos de la compañía –Siempre y cuando ellos no estén en la compañía, yo los estaría acompañando. Los trabajos administrativos los haría desde mi apartamento.

Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora