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Abrí los ojos pesadamente, la luz tenue de las lámparas de mi cuarto me hicieron saber que era de noche. ¿Cómo había llegado aquí? Me puse de pie con dificultad, estaba un poco ida. Era como un trance que me impedía ver lo que había hecho exactamente ese día. Mis pies descalzos se deslizaron por el frío suelo hasta llegar a la sala de estar donde me encontré con Sun Hee durmiendo en el sillón y mis cinco chicos durmiendo en el suelo. ¿Por qué hay pijamada y no estoy invitada?

Como si hubiese abierto las compuertas de mi mente, recordé lo que tanto mi mente se empeñaba en ocultar. Las palabras de Ravi se repetían en mi cabeza sin piedad volviéndome loca. Y no importa a qué parte miraba, recordaba los momentos perfectos que albergan estas paredes como una incongruencia a esas terribles palabras. Ya era demasiado tarde para volver atrás. Hizo un trabajo seguro para que acabara rendida a él, olvidando todas las cosas por las cuales no debíamos estar juntos. Ahora que miro dentro de mí, escucho el eco de sus palabras como ráfagas, la tristeza trepando las paredes de mi frágil tranquilidad. Porque sus fuertes palabras me dejaron más moribunda de lo que alguna vez lo estuve en toda mi vida. Cómo podía respirar sin que doliera... Sin sentir que todo mí alrededor se caía en pedazos.

Necesitaba salir de allí, no soportaba la situación. Si pudiera sacar el corazón y tirarlo a la basura para sustituirlo por otro, lo haría. No seas tonta Lore, el amor no está en el corazón. Esa es solo la falacia popular. Está en tu cabeza, tu cabeza está mal. Eso no era precisamente un consuelo. Todo se resolvía con una forma diferente de pensar, pero dolía en estos momentos y tomaría tiempo cambiar mis pensamientos hacia otra dirección. Salí de mi apartamento, no sabiendo muy bien que hacía. Todo parecía suceder en cámara lenta, en silencio. Como una nube espesa que me rodeaba sin tregua alguna. ¿Bajé las escaleras o por el ascensor? Quién sabe... No recuerdo cómo llegué a fuera. Solo recuerdo que estaba lloviendo porque las gotas en mi piel fueron como un consuelo bien recibido. Mis lágrimas comenzaron a surgir con fuerza desgarradora. Corrí, con la esperanza de dejar a tras todo, pero sabía que era imposible no podía quedarme atrás. El problema estaba conmigo, porque el problema era yo.

Era muy tarde cuando me di cuenta que estaba frente a la agencia. El guardia encargado, quien siempre cubría mis andas de práctica en las noches, me saludó de buena gana... como quisiera compartir tal contento. Estaba toda empapada, pero él no pareció notarlo. Mis pies terminaron llevándome al estudio. La voz de Ravi se escuchó como un eco y luego su risa amada le siguió. Me giré para ver que estaba sola. ¿Ya enloquecí?

Necesitaba sacar lo que sentía de alguna forma... las palabras no salían, las lágrimas no eran suficiente. No podía cantar sin que mi voz se quebrara, así que lo único que tenía era bailar. Bailé la música que creaba mi corazón herido, junto a los recuerdos que lo torturaban, porque es mucho el amor que le tengo como para dejarlo ir así... cuando ni siquiera nació correctamente. Justamente cuando comenzaba a adorar la idea de estar con él y defendernos. Ah, pero la única que se vivió la mentira fui yo.

No sé cuánto tiempo estuve bailando, tuvo que ser demasiado tiempo porque mis pies simplemente perdieron su fuerza haciéndome colapsar. Me encogí en el suelo, recostando mi cabeza en las rodillas. ¿Estaba llorando? Ya ni sabía. A estas alturas ese sentimiento de entumecimiento tan esperado se apoderaba de mí, dándome por fin un respiro de toda la tormenta. De pronto una manta cubrió mis hombros, haciéndome alzar la vista. Leo se estaba sentando a mi lado, con un suspiro.

-Vas a enfermarte –La ropa estaba húmeda y el aire acondicionado en todo su apogeo. No sentí frio hasta que él hizo la observación.

-¿Cómo sabias que estaba aquí? -Hizo una mueca antes de contestar.

-Lo supuse –Sequé las lágrimas-. Debemos volver, la doctora recomendó descanso luego que te desmayaste -Así que por eso no me acordaba... ¿En serio me desmayé?

-Solo podré descansar si saco mis recuerdos de la cabeza... ¿Sabes cómo hacerlo? –Él rio con tristeza.

-No lo sé -Quise hablarle y desahogarme, pero no podía. Al final, Ravi era su hermano y no quería ponerlos en contra. Sí, todavía a estas alturas todavía seguía velando por él. Algunas cosas no cambian de la noche a la mañana, aunque quisiera. Leo pareció notarlo-. Puedes maldecirlo todo lo que quieras. Será mi hermano, pero la verdad es que lo merece. ¿Quieres que lo golpeemos entre todos para hacerte sentir mejor? -Solté una débil sonrisa.

-Eso suena tentador, pero no cambia lo que ha pasado.

-Tienes razón, pero te hará sentir mejor y eso sería un avance –Me reí de su cara. Él parecía disfrutar la idea de pegarle a Ravi mucho más de lo que lo hacía yo.

-No sé cómo sobrevivir a esto... -Dije por fin y eso fue el comienzo para comenzar a hablar. Leo escuchó pacientemente todo lo que tenía que decir, incluso esas veces que terminaba repitiendo lo mismo solo porque dolía. Cuando guardé silencio, él puso una mano en mi hombro.

-Eres tú, y todos sabemos que no importa lo que pase vas a salir adelante y encontrar algo bueno en todas las ruinas. Ha Neul, tú abandonaste todo para venir aquí a un lugar donde la gente en su mayoría te hecha a un lado y lo has soportado como si nada estuviera pensando. Todos estamos preocupados, pero seguros de que estarás bien. Solo estamos aquí para ti cuando necesites consuelo... -Lo que estaba diciendo fue interrumpido por su móvil.- ¿Hola? Sí, Jaehwan, estoy con Hannie. Ella está bien... Vamos de camino -Colgó el móvil, rodando los ojos-. Los chicos están que mueren de la preocupación. Debemos irnos para que comprueben con sus propios ojos que estas bien. Ken no me creyó lo que le dije para nada -Eso sonaba mucho a él.

-Vámonos pues, no quiero que se preocupen más de la cuenta.

-Deberías avisar que vas a salir. ¿Sabes el susto de muerte que me llevé cuando me di cuenta que no estabas en tu habitación?

-Lo siento. Ni siquiera estaba pensando en eso –Dije sintiéndome culpable. Mi único pensamiento fue salir de allí, no consideré que ellos se despertarían y que se preocuparían al no encontrarme. Leo se quitó su abrigo y lo puso sobre mis hombros.

-Es hora de ir a descansar. Las cosas no estarán bien mañana, tampoco pasado mañana... pero estarán bien en algún momento de tu vida.

-¿Y mientras qué?

-Te toca resistir -No sé por qué hice la pregunta cuando sabía que me contestaría eso. Creo que solo necesitaba la confirmación. Mientras todo pasaba no me quedaba de otra que sufrir lo que pasaba hasta que llegara el momento en que no lo sufriría más. Tal y como Leo dijo, no me quedaba de otra más que resistir.


Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora