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Ellos tomaron un breve descanso, mientras yo los veía interactuar entre sí. ¿Ya había dicho que este era mi sueño hecho realidad? A todas estas, evitaba mirar a Ravi. ¿Por qué no pude simplemente actuar como una persona normal? Ok, mal ejemplo, aún una persona normal lo miraría de pies a cabeza. ¿Por qué no pude simplemente actuar como si él fuera una persona normal? Ok, eso también es un mal ejemplo. Si él fuera una persona normal, la gente lo seguiría mirando igual. Es tan bello que nadie puede evitarlo.

Miraba alrededor del gran salón evitando cualquier contacto visual, hasta que N llamó mi atención.

-Quiero un 'banana milk' -hizo una mueca en modo de disculpa-, ¿podrías ir por eso al café que está cerca de la compañía?

-Claro. -le dediqué la sonrisa más segura que pude darle. Aunque la verdad era que en mi cabeza había todo un caos. No es lo mismo conocer el lugar y su cultura por leer, ahora que estaba aquí me sentía todavía muy ajena. Caray, comprar el café en la mañana fue casi tan difícil como llegar al trabajo. Bueno, no era tan difícil, simplemente yo estaba demasiado nerviosa...

Muy pronto los otros también me hicieron una lista de lo que querían, tomé mi móvil para escribir todo y no se me quedara nada. Ellos debían ir a prepararse, así que debía llevarle los pedidos a otro salón. Esperaba no perderme. Una vez segura de que tenía todos los pedidos, salí.

Caminé hasta el ascensor y mientras esperaba pensé que si hubiese traído esta mañana las bebidas que quería traer, posiblemente ahora no estuviera saliendo por ellas. Entonces unos pasos que parecían correr me sacaron de mis pensares. Me volví para mirar a quien se me acercaba y la sorpresa que me llevé fue enorme al ver a Ravi corriendo hasta donde yo estaba. Rápidamente miré atrás de mí para ver si había alguien, pero no había nadie más, y él se detuvo frente de mí.

-Has olvidado tu bufanda de nuevo-. Dijo tendiéndome la bufanda azul turquesa.

-Lo siento, lo siento- hice par de reverencias en disculpa-. No estoy acostumbrada a llevarlas, en mi país no las necesitaba.- Ravi me dedicó una sonrisa y puso la bufanda alrededor de mi cuello.

-Aquí seguro la necesitas, hace frío afuera en esta temporada- asentí, muda.-. El salón en el que estaremos está al final de ese pasillo. No te pierdas.- Las puertas del ascensor se abrieron y el sonido hizo que me sobresaltara.

-Debo ir por el pedido -dije torpemente.-. Ya regreso.- me escabullí como pude dentro del ascensor.

-Ve con cuidado.- escuché decir antes de que se cerraran las puertas.

Cuando estuve sola, solté el aire que había retenido. Me abaniqué con las manos porque de pronto sentí calor y mis mejillas seguramente estaban sonrojadas. Ese hombre era demasiado amable para su propio bien. Está fuera de tu alcance Lore, además es uno de tus jefes. No se te ocurra pensar en nada más.

Afuera, tal y como dijo Ravi, me recibió el aire helado. En muy raras ocasiones había pasado frío. Los viajes de vacaciones son mi única experiencia en esa área. Mi móvil comenzó a sonar otra vez.

-Hola- escuché el chillido de mi mejor amiga gritando al otro lado del móvil. Eran las nueve de la noche allá...-, no estuviste contando las horas para buscar una hora adecuada para llamarme, ¿verdad?

-No, puse una alarma para que me avisara. ¡Cuéntame, cuéntame! Suelta todos los detalles. ¿Cómo son? ¿Son cómo lo imaginamos?

-¡Nos quedamos cortas!- escuché un grito de emoción

-Fotos, ¡necesito fotos!

-Sabes que no puedo hacer eso. Me matarían si se enteran que ando sacando fotos.

-Eres la presidenta de fan club de aquí, debes ponerlo al día. No encuentro mejor forma que esa.- puse los ojos en blanco. Ale era linda, pero ¿inteligente? Algunas veces.

-Sí, lo haré de una forma en que nadie se entere que estoy trabajando con ellos. Me tengo que ir, debo volver al trabajo.

-Dale un beso y un abrazo por mí a Hyuk.

-Dáselo tú en tus sueños.- ella hizo un sonido de ofendida

-Por favor, dime que al menos fuiste sensata y corriste a cumplir tu sueño de al menos pedirle los autógrafos a todos y darle la mano a Ravi aunque sea.

-No, no lo he hecho. Estoy trabajando con ellos, no estoy en mi tiempo libre.

-¿No te quedaras petrificada cada vez que los ves?- solté un bufido.

-¿Quién te crees que soy?

-Exactamente por eso pregunto, sería muy raro de ti ser tan tímida. Además, siempre has dicho que harías cuando los conocieras. Sería lamentable que te frenes ahora. - si supieras... Del dicho al hecho hay un gran estrecho. Y yo realmente me paralizaba. Sabía que era cuestión de costumbre. Tan pronto pasara el tiempo iba a volver a ser como era. - Te dejo trabajar. No te olvides que me gustaría recibir de cumpleaños.

-Sí, sí. Te conseguiré los autógrafos. Adiós.

Ordené lo que cada uno me pidió y luego de un rato volví con las manos llenas. Me dirigía al salón que me indicó Ravi, cuando me encontré con Leo de camino.

-Déjame ayudarte con eso,- iba a decirle que estaba bien, pero ya él tenía unas bolsas en sus manos.

-Gracias. -caminamos en silencio, hasta que él habló

-Son muchas cosas, lamentó que te enviáramos sola. Pero la verdad es que ya sabes.

-No logran pasar desapercibidos -completé su oración-. No te preocupes, estoy aquí para facilitarles la vida. Así que lo que necesiten, no duden en pedirlo.- Leo sonrío y me abrió la puerta.

-Llegó lo que pidieron.- anunció y dejó todo encima de una mesa.

Todos me dieron las gracias, algunos tomaron lo que pidieron, otros estaban ocupados siendo atendidos por los estilistas. Me quedé allí parada no sabiendo muy bien qué hacer.

-Creo que deje mi móvil en el salón de práctica- Hongbin me miró por el espejo-, ¿puedes recuperarlo por mí?

-Sí, ya vuelvo.- Y así fue como mi día de trabajo comenzó. Debía estar haciendo cosas como estas a diario. Reí sola, me encantaba mi trabajo.

Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora