Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)

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Lo bueno de vivir donde lo hacía era que tenía un lugar estratégico por lo que caminar hasta el trabajo no me costaba mucho. Era divertido. Salí del apartamento más temprano que de costumbre. Hacía un tiempo agradable por lo que solo lleva una blusa negra, unos mahones y una botas altas- no lo suficiente como para morir mientras camino-, con mi pelo rizo no podía hacer mucho, solo untarle crema para definirlo. Accesorios plata deban el último toque... Ah sí, bufanda y otras gafas. Gracias a la vida, si hay algo que me sobra son las gafas. Lo malo era que Ravi tenía mis favoritas.

Decidí salir temprano para poder acomodar un poco la oficina, antes de tener que ver a mis chicos. Iba a parar por mi café matutino, pero preferí comprarlo luego, seguramente tendría que salir más tarde a hacer algún pedido. La compañía ya estaba abierta cuando llegue. Era perfecto. No había nadie por los pasillos, lo único que se escuchaba era el repicar de mis zapatos. Fui directamente a la que sería me oficina cuando un olor a pintura inundó mi nariz. La puerta de la oficina estaba abierta, las luces encendidas y un pequeño alboroto de voces salía de ella.

-¿Crees que le guste?- Escuché y podría jurar que era Hyuk quien hablaba.

-Le dije que nos encargaríamos de su oficina.- N dijo entre dientes, como si estuviera moviendo algo.

-Debimos esperar a que ella decidiera.- Esa voz tan baja debía ser Leo.

-No le quites lo divertido, Leo.- Y ese seguramente era Ken.

-¿Cuándo llegan los muebles?- Hongbin habló desde algún lugar.

Me acerqué rápidamente con curiosidad para ver qué mundo se había caído en la oficina y la sorpresa que me llevé fue tanta que no pude moverme, solo pude quedarme mirado. VIXX estaba allí, con brochas y pintura en mano, arreglando la oficina. Debo estar soñando, despierta Lore. Ravi tenía en manos aerosoles haciendo un mural al final de la pared, mientras los otros se dividían por paredes. El escritorio y el ordenador estaban en una esquina afuera del pasillo.

-Pásame aquel color que está al lado tuyo, Hongbin.- La voz profunda de Ravi me dejó más aturdida todavía. ¿De verdad esto estaba pasando? Entonces, de alguna manera, él miró hasta donde yo estaba- Oh, estás aquí temprano.- Todos alzaron la mirada de lo que hacían y me miraron. Lo que vino a continuación fue un montón de ruido de celebración por parte de N y Ken.

-Yo no tengo nada que ver con esto- Dijo Leo cuando entre a la oficina, sin decir palabra-. Ellos me arrastraron aquí.

-Eso no lo dudo- Le dije riendo.

-Si no te gusta podemos hacer otra cosa.- Ravi desde una esquina agitando el pote de pintura.

-Queríamos darle nuestro toque a la guarida.- Ken caminó hasta mi lado lleno de emoción.

-Pensé que su guarida era su casa.

-Lo es, pero esta es nuestra central ahora. Aquí nos comunicaremos con nuestras Starlights.- N me guiñó un ojo.

-¿Te gusta?- Preguntó Hyuk.

-No me gusta, me encanta. ¿Cómo es que ustedes están haciendo esto?- eran idols, se supone que ellos estuvieran descansando o practicando... Qué sé yo, haciendo cualquier cosa menos esto.

-Es lo más normal que hemos hecho desde hace mucho tiempo. Considéralo nuestra bienvenida.- N seguía tratando de mover un balde de pintura. Dejé inmediatamente los lienzos en una esquina y fui a ayudarlo. -Leo me detuvo inmediatamente, negando con la cabeza.

-Mancharas tu ropa.- Ugh, precisamente hoy me había puesto ropa nueva para venir. Pero verlos a ellos haciendo el trabajo sin hacer yo nada me daba cargo de conciencia. Mirar era divertido, no te miento. Seis hombres trabajando, puros brazos fuertes y piernas bendecidas por el ejercicio... Había muerto y llegado al cielo, en serio. Pero una parte de mí no me permitía solo mirar. Descalce mis botas y las medias. Ellos me miraron como si estuviera loca, posiblemente aquí en su cultura lo estaba, pero en la mía no. Me quité todos los accesorios y me hice una coleta alta.