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Luego de una semana más, por fin obtuve el permiso de ir a mi oficina. Esperaba a que estuviera limpia, los conserjes seguramente se encargaron de recoger, pero vacía. Me preguntaba si al menos me dejaron las bolsas para ver qué de mi colección pudo sobrevivir. Cada vez que recuerdo el incidente se revolvía mi estómago del coraje. ¿Hasta cuándo Hana me hará la vida imposible? Ella ya cruzó hace rato la línea de tolerancia, y está pasando ahora con intereses. 

La sorpresa que me llevé cuando vi la oficina fue tan grande como la vez que me encontré con ellos allí. Esta vez ellos se encargaron de ordenar todo lo que fue destrozado. ¡¿Cómo?! Ellos han estado tan ocupados que apenas han tenido tiempo para ellos mismos. Siempre tan considerados... una vida no sería suficiente para agradecerles.

Apagué el grifo del fregadero y sequé mis manos con una sonrisa por el recuerdo. Hoy fue un día tan ajetreado para ellos que no pude verlos tan siquiera un momento. Tuve que lidiar con papeleos, por lo que me quedé en la oficina mientras ellos iban a sus respectivas actividades. Con la música encendida y el apartamento recogido, me tiré en el sillón a descansar. Era raro poder darme lujos como este de todos modos. Sentía el cuerpo tan cansado, mi espalda me estaba matando y en la espera de que Ravi me llamara, el sueño me venció.

No sé por cuánto tiempo dormí, pero me levanté para encontrarme con él observándome con una sonrisa tierna en su rostro.

-Perdón por levantarte.

-No me levantaste -Le sonreí y a bostece-. ¿Llegaste hace rato?

-Acabo de llegar. Al parecer me sentiste llegar y por eso te levantaste –En efecto, me levanté porque sentí a alguien dentro del apartamento-. Estamos conectados -Aww, muero de una sobredosis de ternura.

-Ah, ¿sí? –Él asintió vehemente.

-Puedo encontrarte en cualquier lugar. Aunque haya un millón de gente, iré directamente hasta ti.

-No necesitas hacerlo, iré justamente al lado tuyo -Siempre he estado con él desde que supe que existía, no creía que eso fuera a cambiar en algún momento. Él me dio un beso en la frente con una brillante sonrisa-. ¿Cómo estuvo el trabajo hoy?

-¡Genial! Estuvimos trabajando en la música todo el día. No puedo creer que haya conseguido que ese artista trabajara conmigo. Es un sueño hecho realidad -Se veía tan tierno y feliz que fue imposible no unirme a su alegría.

-¿Cómo que no puedes creerlo? Yo sí lo creo, has trabajado duro y tu música es la mejor. Era de esperarse. Estoy orgullosa de ti. No tienes idea de cuánto -Observé el reloj y me di cuenta que era tarde. Solté un jadeo de sorpresa.

-¿Por qué no fuiste a la casa? Es muy tarde -No era que no quisiera que estuviera allí, pero la realidad es que debía estar muerto de cansancio.

-No te he visto en todo el día y no quería dormir sin hacerlo. Te extrañé -La sonrisa que le dediqué tuvo que ser la más brillante, pues sentía que todo mi ser brillaba gracias a él. Ravi se había puesto a mi altura, por lo que aproveché y le besé los labios antes de sentarme en el sofá.

-También te extrañé. ¿Has cenado?

-Sí, durante el trabajo -Se sentó a mi lado, quitándose la gorra. Se veía cansado, y el hecho de que a pesar de eso estuviera aquí, me hacía amarlo más.

-Muy bien. ¿Vas a quedarte a dormir?

-Sería una perfecta idea –Besé su mejilla.

-Si el manager se entera que no estas durmiendo en la casa, va a matarte -Él se encogió de hombros.

Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora