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Llegar a mi casa fue una maldición más que una bendición. Ale y todas mis otras amigas estuvieron llamándome a lo largo del día y yo no quería hablar con alguien. ¿Qué iba a decir? ¿Que él era mi novio y ahora no lo es? Todo lo que ellas saben no se acerca para nada a la realidad de la situación. Incluso, quisiera pensar lo mismo que ellas, que solo mi amor de fan fue herido. Si tan solo supieran. Cerré la puerta del apartamento, recostando mi espalda en ella, hasta resbalar poco a poco al suelo y exploté en llanto. Aguanté mucho porque estaba en la compañía, aquí no tenía por qué hacerlo. Ahora que estaba en casa, no me atrevía a dar un paso dentro de la misma. Tenía muchos recuerdos con él aquí, siendo feliz. No podía enfrentarlos si quería tranquilizarme. Estaba llena de dudas... una parte de mí quería creer en él todavía y pensaba que existía una razón lógica para todo esto... Me hubiese preparado para esto de ser el caso, ¿verdad?

Los ojos se secaron de tanto llorar. Estando en el lapsus que no sientes y nada importa, me puse de pie. Sabes que duele mucho cuando llega un punto en que no puedes sentir, pero eso es solamente en intervalos... Ya no escucharé el código de la puerta para luego ver a Ravi entrar con una sonrisa. Tampoco lo veré sentado en el sillón con su libreta, esperando a que la cena estuviera lista. No veremos TV juntos de nuevo, ni me acompañara en la noche mientras termino de escribir los artículos para la página. No escucharé sus insinuaciones sensuales a la hora del baño, tampoco dormiré profundamente en sus brazos para levantarme pegada a su cuerpo la mañana siguiente. ¿Cómo podré olvidar todas las cosas que pasaron aquí? Porque si de algo estaba segura, es que su relación con Hana iba en serio y que yo pasé a otro lado existencial.

Otra vez, mis ojos se llenaron de lágrimas. Cada rincón del apartamento me acordaba a él. Busqué en los gabinetes de la cocina botejas de soju, pero cuando me iba a dar el primer shot recordé que necesito más que esto para emborracharme y que aunque lo hiciera, las penas saben nadar en el alcohol. De la única manera de salir de esta pesadilla es estando inconsciente. Por lo que en vez de alcohol preferí tomarme mis pastillas de insomnio y dormir.

Lamentablemente, las pastillas no hicieron el efecto inmediato que quise. Lo que me dejó tiempo para vagabundear por la casa, seguir llorando y hacerme preguntas. Mi móvil seguía sonando esta vez por Sun Hee y Shin Hwa quienes me llamaban constantemente. Incluso los chicos se habían dado la tarea de llamar de vez en cuando y enviar mensajes. No quería hablar, no contesté. Los caminos condujeron a mi habitación. Observé desde la puerta nada en específico... el vacío que se sentía era tan grande como el que tenía yo por dentro.

Me senté en la cama y me dediqué a escribir en el cuaderno  que él me regaló de cumpleaños. La dedicatoria y los regalos eran solo el recuerdo de que todo no fue un sueño. Que él no haya terminado con nuestra relación para empezar con otra luego, no quiere decir que lo de nosotros no existió. Sino que no le importo. Todas las cosas que dijo sentir... tal vez no eran ciertas.

 Escribí para desahogarme pero en vez de escribirle a él, le escribí a ella... a esa que nunca seré yo. Le escribí a Hana. Las palabras más dolorosas que he escrito jamás fueron esas. Supongo que era la primera vez que me resignaba y esperaba que él fuera feliz aunque fuera sin mí. Si Hana estaba con él ahora era porque tenía algo que yo no pude darle, así que esperaba que eso lo hiciera más que nada, feliz. Aunque todavía no salía de mi asombro y confusión... era el sentimiento que me embargaba. Seguramente mañana esté molesta, con ganas de cruzarle la cara a golpes por esto, pero hoy quería llorar. Llorar como si no hubiese mañana, llorar como si al final de hacerlo, mis recuerdos y mis sentimientos dejaran de doler.  

Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora