-Aquí estás.- Leo me miró como si estuviera mucho tiempo buscándome y estuviera preocupado.
-¿Pasó algo?
-¿Sabes qué hora es?
-No.- ¿Quién sabe cuánto tiempo estuve frente al piano...? Realmente el tiempo se hizo nada.
-Llevas tres horas aquí.
-¿Qué? ¿Ya han pasado tres horas? Lo siento. Debo ir a terminar la oficina. ¿Necesitan algo ustedes?- Me paré inmediatamente, pero tenía el cuerpo agarrotado por estar en la misma posición todo el tiempo, por lo que me tropecé. Leo me estabilizó rápidamente.
-Deberías estarte quieta por un momento. También necesitas compresas de agua caliente. Si llevas tocando piano todo este tiempo, tus brazos deben doler a horrores.- En efecto los brazos me dolían por tocar una y otra vez lo mismo.
-Estoy bien. No te preocupes. Solo ponía en orden mis pensamientos. Todo está bien -Leo me miró y supe que no me creía en lo más mínimo.-. ¿No me crees?- Alcé el brazo para demostrarle que estaba bien pero se me escapó un grito.
-Por si no lo sabias soy bueno leyendo a la gente, igual que tú. Y llevo más año tocando piano, sé de lo que hablo.- Por su tono de sabelotodo no me quedó más remedio que reír.
-Ya, está bien. De verdad, no tienes de qué preocuparte.
-¿Segura?
-Sí.
-Vamos por las compresas de agua. No voy a aceptar un no por respuesta.- puse los ojos en blanco. No lo dejaría pasar, porque si fuera lo contrario estaría haciendo exactamente lo mismo.
-Vamos. Luego debo ir a terminar la oficina. Caray, y ni siquiera pensé que llevaba mucho tiempo allí. Me encanta el piano, y aunque haya aprendido un par melodías, me entretengo mucho. También intento sacar otras melodías.
-¿Quieres que te enseñe?- Lo miré con incredulidad.
-¿En serio?- Él se encogió de hombros.-. No tengo todos los días libres, tampoco puedo prometerte todas las clases que quieras. Pero puedo enseñarte cosas de vez en vez.
-¿Podrías?- Él asintió y sonrío al ver mi expresión. Seguramente me veía como una niña dejada en una dulcería.- Gracias. Eso quiere decir que ahora yo también dormiré encima del piano.- Leo estalló en risas como nunca lo había visto.
-Yo no duermo encima del piano.- Rio
-Ah, ¿no? Yo juraba que sí. Tuviste que practicar tanto que lo más sensato era dormir en el piano.- Le guiñé un ojo.
-¡Aquí estás!- Hyuk y Ken llegaron a nuestro lado-. Te estuvimos buscando todo este tiempo. ¿Por qué no contestas el móvil?
-Lo siento. Luego de atender la llamada tuve que llenar algunos papeles.- Miré a Leo y le hice señas de que no dijera nada.
-Ven. La oficina ya está lista.- Ken con su entusiasmo de siempre. A veces pienso que él debió ser porrista en alguna de sus vidas. Y así fue como en vez de ir por compresas calientes, fuimos a la central de VIXX. No sabía que estaba esperando, pero en definitiva no era esto.
-¿Ustedes no han considerado trabajar como decoradores de interiores?- Pregunté-. ¡Esto quedó genial!
La oficina estaba decorada con los colores de Rovix: azul, rojo y amarillo. Había un pequeño asiento para dos rojo, con almohadones amarillos que decían VIXX. Las paredes eran azules, una blanca y el mural al fondo. Donde estaba mi escritorio, al lado había un pequeño cuadro hecho de espejo que decía: Eternity en letras cursivas. Era un trabajo de sueños, creía seriamente que estaba dormida.
-Ya está listo el ordenador.- Ravi salió detrás del escritorio.
-Pensamos que posiblemente te daría frío aquí adentro, así que pedimos esta manta.-Hongbin la colocó encima del sofá. Esta era una manta de Rovix.
-No sabíamos tu talla -dijo N desde el lado de la silla-, para pedir el abrigo. Pero Ravi dejó uno de los suyos, en el caso de lo necesitarás.- Señaló en abrigo que descansaba en el espaldar de la silla.
-¡Ustedes realmente pensaron en todo!
- No, eso último se le ocurrió a Ravi- Dijo Leo desde mi espalda.
-Pensé que podrías tener frío eventualmente... Te soplas las manos muy a menudo para entrar en calor.- Culpable. Era demasiado friolenta, por lo que soplaba mis manos y hacía fricción. Lo que no sabía era que lo hacía tan a menudo como para que él se fijara de eso.
-Si siempre tienes frío, ¿por qué no usas guantes?- Ken me miraba como si yo no fuera la persona más lista en la faz de la tierra.
-Vengo de un sitio que ustedes ni siquiera saben que existe. Y allí todo el tiempo es verano. No nieve, no temperaturas bajas. No frío, solo tiempo agradable para pasar en la playa. Todo tropical. Por lo que no estoy acostumbrada. Además, el aire acondicionadode aquí todavía es muy frío para mí.
-¿No cae nieve de dónde vienes?
-No Ken, yo viví toda mi vida en verano. Con playas incluidas.
-Eso tuvo que ser genial.
-Lo fue.
-Entonces, ¿te gusta cómo quedó?- Preguntó Hyuk volviendo al tema principal. Todos los hombres me miraron.
-Sí, mucho. Creo que pasare más tiempo aquí que en mi propio apartamento.
-¿Has comido?- preguntó Ravi, cambiando el tema.
-No, quedé con Sun Hee para comer luego del trabajo.- Él asintió.
-No es que nos quisiéramos ir, ni nada. Pero ya debemos irnos.- N se veía realmente cansado.
-Claro. Por favor, vayan a descansar. Mañana les espera un largo día.- Ellos tendrían un foto shoot en la mañana y luego una presentación. Luego debían subirse a un avión para ir a Japón.- Nos vemos mañana.
-¿No vas a irte también?- Preguntó Leo, él estaba preocupado. Era un milagro que no me hubiese llevado a rastras para ponerme las compresas.
-No, instalaré los programas en el ordenador. Y antes que salga con Sun Hee prometo tener todo listo.-. Él asintió, pillando al vuelo que iba a ponerme las compresas.
A continuación todos se despidieron. Me quedé sola en la oficina luego de eso. No pude moverme por un tiempo. Estaba realmente impresionada por el gran trabajo que hicieron todos ellos. Tomé fotos emocionada y se las envié a Ale.
-La central VIXX ya está lista. Y no te creerás quien la preparó.- Le envié adjunto la selca que nos tomamos. No recibí una respuesta inmediata por lo que supuse que estaba dormida. Caminé al escritorio y traté de estirarme, olvidando por completo que me dolían los brazos.
-¡Ay!- Esto realmente no iría bien. No podía usar el ordenador con los brazos así, las muñecas también me dolían.
-¿Qué? ¿Qué pasa?- Esa voz profunda otra vez, estaba muy cerca de mí. Sentí una mano en el hombro y el ligero apretón que dio, me hizo hacer una mueca.- ¿Te duele el brazo?- Ravi preguntó.
-No es nada.- Me apresuré a decir.
-¿De verdad? No parecías bien hace segundos.
-Fue solo calambre repentino- Él no me creyó para nada, pero pude ver que se dio cuenta de que yo tampoco cedería.-. ¿Se te ofrece algo?
-Ah, sí. Vine a decirte que no te preocupes por devolverme el abrigo. Considéralo un regalo. Me iré yo primero. Buenas tardes.- Y salió sin que yo le agradeciera, peleara o algo, me quedé allí mirando la puerta cerrarse tras de él. Con millones de preguntas acompañándome.
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Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)
FanfictionLorena, una latina que va a Corea a trabajar con Vixx, siendo su traductora. Ella que desde el comienzo del grupo le ha dedicado todo el tiempo de su vida, por fin conoce a sus idolos. ¿Qué pasa cuando llega y conoce a su bias? ¿Qué contratiempos...