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Terminé la sección de fotos entrada la tarde. Me sorprendió encontrar varias llamadas perdidas y textos de Ravi. Seguramente debían estar preocupados porque me fui sin decir ni media palabra. El último mensaje era reciente y pedía encontrarse conmigo. Estaba de mejor humor ahora y no quería pegarle por frenarme cuando iba a poner a Hana en su lugar, por lo que acepté. Debía hacerle una advertencia por su propio bien, realmente estaba a punto de correr con el mismo destino que Hana. Nunca me detengas cuando estoy molesta si no quieres sufrir también, en mi vida ese era un hecho. Lo esperé en un pequeño café cerca de mi apartamento, tenía ganas de premiar mi día con un café y algo dulce. Vi que él venía de camino y le sonreí abiertamente. Nunca me iba a acostumbrar a que él fuera mi novio, porque lo era, ¿verdad? Me puse de pie para hacerle señas e inmediatamente que me vio, se dirigió a mí con un paso rápido y me abrazo fuertemente. Me quedé en shock por la muestra de afecto en público, pero el lugar estaba tan desierto y la esquina en la que estaba era la más alejada, que no me importó, no había ningún ojo intruso y yo necesitaba ese momento. Era el abrazo que estuve necesitando todo el día.

-¿Estás bien? -le pregunté porque podía notar la tensión en sus hombros. Él no contestó, solo me abrazo fuerte. Como si tuviera miedo de soltarme...-Todo está bien -Le consolé-. Estoy bien, realmente lo estoy -Él agarró un largo respiro antes de soltarme.

-¿Estás segura de estar bien? -Asentí. No esperaba que fuera a entenderlo, pero estaba bien. Tal vez porque no me he enfrentado a mi oficina o lo que queda de ella. No creo que tenga el valor suficiente para ir a recogerla, al menos no hoy.

-Sí. Hice cosas muy divertidas con Shin Hwa hoy. Además de que conseguí la tarde libre, ¿no es un milagro? Ah, y todavía conservo mi trabajo -Reí, pero él no se unió a mí.

-Lo siento –Se disculpó. Pero algo en esa palabra me hizo preocuparme, sin saber muy bien el motivo. Parecía esconder algunas cosas que no podía percibir con seguridad.

-No es tu culpa -En efecto. La culpa era de una loca obsesionada, pero eso tampoco venía al caso ahora.- Aunque te doy un consejo, para la próxima no me sujetes. ¿Sabes lo difícil que fue contenerme? Juro que iba a golpearte -Le guiñé un ojo. Ravi rio un poco.

-Fue por tu bien –Lo sabía pero no me importaba en lo más mínimo. Hay cosas que debían hacerse, poner a la gente en su lugar era una de ellas.

-No importa, no quiero lastimarte.

-Y exactamente por eso supe que ibas a detenerte -Puse los ojos en blanco.

-Oh, ¿eres un sabelotodo ahora?

-Solo fue un golpe de suerte -Reí.

-¿Quieres un café? -Negó con la cabeza-. ¿Tienes algunos planes?

-Ir a tu apartamento, ordenar comida y quedarnos en la burbuja hasta nuevo aviso. ¿Está bien si me quedo esta noche de nuevo? -Noté que llevaba consigo una mochila.

-Ah, ¿así que le estas sacando ventaja a la situación? -Él me sonrió genuinamente.

-Considéralo un premio por el día difícil que has tenido hoy.

-Ya que lo pones de esa forma, tienes razón. Merezco un premio, vale, lo acepto.

Caminamos agarrados de manos porque no hubo manera de que pudiera soltarme de su fuerte agarre. Cuando lo intenté, me miró seriamente y puso nuestras manos dentro de su abrigo. Agradecía esas pequeñas coincidencias de la vida, pues ese café era uno poco concurrido, por lo que esa calle era una solitaria. Cuando llegamos al apartamento él puso la clave y abrió la puerta manteniéndola abierta para mí. Esos detalles siempre calentaban mi corazón.

-Gracias. ¿Qué quieres ordenar para cenar?

-¿Qué tal si mejor hacemos la cena? -Preguntó haciendo que estallara en risas, primero quería ordenar comida y ahora que cocinara, ¿quién lo entiende? Pero entendía, porque por alguna razón él disfrutaba mucho mi comida. Eso me alegraba una vida.

-¿Querrás decir que yo cocino mientras tú observas? -Sonrió abiertamente y era tan hermoso que olvidé respirar.

-Eso cuenta como ayuda -Me guiñó un ojo.

-Vale, ¿te parece que haga pasta?

-Cualquier cosa que prepares será genial -Me quité la bufanda y él me ayudó a quitarme el abrigo. Ya estaba pasando el frio, pero seguía siendo mucho para mi. Esperé por él, quien me dedicó una mirada cálida desde la puerta.

-¿Qué? –Preguntó con curiosidad.

-Pareces un sueño...- entonces Ravi me miró de una forma que no pude interpretar. ¿Culpa, tal vez?

-Esta es la realidad Ha Neul. Y estoy aquí -Sí lo estaba, pero de todas formas no podía sacudirme la inquietud. Me inquietaba cualquier cosa pudiera pasar en contra de su carrera y que no pudiera hacer nada al respecto. Era un pensamiento insistente que no me abandonaba.

-Lo sé. ¿Quién más si no fueras tú estaría aquí? –Si no fuera él, seguramente nadie pisaría el apartamento. Al menos no un hombre. Me gustaba mi libertad lo suficiente como para no querer compartir mi espacio.

No hablamos de lo que pasó en ningún momento, yo no quería contaminar el momento con ese evento y al parecer él no quería robarme la felicidad que tenía. La final del día terminamos en el sillón. No era una persona que apreciara pasar horas frente a la TV, pero Ravi parecía disfrutarlo mucho. Seguramente por la misma razón que yo, la compañía. Hasta donde sé, si este hombre no estaba haciendo música o practicando, tenía la nariz metida en un libro. Esta vez tenía los pies encima de él, haciendo comenzara a trazar una de las cicatrices que tenía en las piernas.

-¿Cómo fue esta?

-Me caí huyendo de mi padre cuando era pequeña -Rio y señaló otra-. Bajado de un árbol cuando tenía trece -Eran un infierno, pues tenía que dedicarme a maquillar las cicatrices cuando tenía secciones de fotos o baile que requerían cortos. Ahora eran más llevaderas porque sé cómo cubrirlas, al comienzo era un reto.

-¿Es qué no te cuidabas?

-Lo hacía, solo que algunas veces no salía como planificaba en el momento -Hice una mueca que le hizo reír.

-Mañana tenemos que ir a un lugar -Lo miré confundida.

-Debo ir a la oficina -¿Fue mi voz la que sonó tan amargada? Ravi negó con la cabeza.

-Tengo par de planes y necesito tu ayuda, ya reservé tu ayuda en la agenda, por lo que no te preocupes.

-¿Qué haremos?

-Será una sorpresa.

-Sabes que las sorpresas no se me dan bien -Me quejé.

-¿No es más divertido de esta forma?

No hubo forma de sacarle media palabra de lo que estaba planificando. Ni siquiera antes de irnos a dormir. Le pregunté hasta el cansancio pero Ravi solo me beso, como siempre hacía cuando trataba de zanjar el tema y luego me abrazó, dejando claro que era hora de dormir.

Amor de Invierno (Vixx's Love Season Serie, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora