Zarter

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Sin título

•Nυєνє αñσѕ•

-¡Migue!, ¡Corre, sube!-Exclamó Pedro desde la cima de su "casa del árbol" al ver a su primo llegar.

-Ya voy -Exclamo el otro niño subiendo las escaleras de la casa.

Al estar arriba Pedro lo abrazo con fuerza, había pasado tanto tiempo desde que se vieron por última vez. Al separarse comenzaron a jugar, vaya como cualquier niño solo querían diversión, al final terminaron cansados y decidieron hacer algo en lo que Miguel era realmente experto, quedarse quietos y leer, sí, Miguel era todo un niño bueno... Por otra parte, Pedro era un poco más travieso y juguetón.

-Ahg, ya me aburrí -Soltó Pedro dejando caer su cabeza en las piernas de Miguel.

El pequeño de ojos color chocolate no respondió, su atención estaba completamente puesta sobre el libro, le fascinaba la historia que narraba así que todo a su alrededor parecía desvanecerse completamente. Sin embargo, su paz y tranquilidad fue interrumpida por que Pedro le hizo bajar el libro. Miguel dirigió su vista a Pedro, estaba frente a el bajando su libro y realmente muy cerca.

-¿Que pasa?-Pregunto inocente mirando a su primo.

-¿Jugamos? -Preguntó sonriendo un poco.

-Pero Pedro, ¿no estabas cansado hace un momento? -Le preguntó de vuelta.

-Pero ya descansé, anda, vamos a jugar -Pidio el mas bajo.

-Juega tu solo... Quiero acabar de leer -Rechazo Miguel mirando su libro.

Pedro quitó su mano y dejo que siguiera con su lectura, se levanto pero no para jugar... Se acomodó al lado de él y puso su cabeza en el hombro de Miguel.

-¿Puedes leer en voz alta?-Pregunto a su primo ya que él prefería escucharlo a leerlo por si mismo.

-Vale... -Miguel continuo la lectura en voz alta mientras que Pedro escuchaba atentamente.

[...]

-Y vivieron felices para siempre... -Finalizó Miguel sonriendole a Pedro quien estaba a punto de quedarse dormido en aquella cómoda posición.

Se quedaron un buen rato callados, lo cual era raro por que casi nunca pasaba, ya que Pedro inmediatamente se quería poner a hacer algo... Pero esta vez fue diferente.

-Migue...-Llamo el pequeño sentándose erguidamente.

-¿Que pasa?-Pregunto el de ojos color chocolate, Pedro se volteó y lo tomo de las manos para levantarse junto con él.

-Te quiero mucho -Lo abrazo fuertemente y Miguel correspondió.

-Yo también te quiero -Respondio Miguel, Pedro se separo un poco y miro los ojos de su primo.

Se sonrieron mutuamente; Pedro, inocentemente y sin ningún tipo de milicia, se acercó y planto un beso en los labios de su primo. Claramente, era un beso de pico simplemente -aunque se quedaron así un rato pequeño- al separarse Miguel se puso rojo y Pedro sonrió.

-¡Niños!, ¡Bajen ya!-Grito la mamá de Miguel.

-¡Ya vamos!-Respondieron a la par, bajaron normalmente.

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