Katianna

254 15 21
                                    

Fantasy

Hace mucho tiempo atrás -en el actual territorio correspondiente al continente europeo- existían dos lugares que formaban un balance, dos lugares de los cuales había un contraste realmente curioso...

Uno de esos lugares era caótico, había basura, contaminación, las plantas y seres vivos habían desaparecido casi completamente. Nadie era feliz en ese lugar, ese sitio era un horrible lugar lleno de odio, avaricia,  rencor, arrepentimiento, tristeza, sueños rotos y mucha gente de rostro estirado, muecas de indiferencia e hipocresía... Simple y resumiendo en una palabra, aquel lugar era una ciudad...

El otro, por su lado, estaba lleno de vida, de magia, de seres hermosos y mágicos, era un lugar lleno de amor, de amistad, de vida, de todos lo bueno que podía haber... Simplemente la naturaleza.

Por supuesto, que los humanos de la ciudad tenían prohibido el paso al otro lado para evitar que se adueñaran de un lugar tan bello, y los seres de la naturaleza no iban a la ciudad simplemente por que creían, -y con razón- que era un lugar tóxico y malo.

Ahora que han imaginado el lugar comienza la verdadera historia:

En aquella ciudad vivía una joven, de bello parecer, pero no solo tenia eso, si no que era una chica inteligente, demasiado soñadora y curiosa... Ella nunca había estado en la naturaleza, pero desde arriba de su edificio -que estaba justo al lado de la barrera- se veía aquel tan hermoso lugar que despertaba curiosidad en ella... Ahora mismo estaba ahí, viendo con asombro aquel lugar lleno de pequeñas luciérnagas.

—¿No es hermoso?—Pregunto cuando noto la presencia de alguien detrás de ella.

—Katy, vuelve a casa... Hace frío y te resfriaras —Dijo su amigo evadiendo la pregunta de la menor.

—¿Por que lo haría? No seas negativo, Juan —Respondió ella mirándolo un poco para después continuar observando el paisaje.

—No soy negativo, es la realidad. Así funciona el mundo real, deberías aprender eso ya —Dijo poniéndole su propio suéter en los hombros.

—El mundo real que tu conoces es aburrido... Mi mundo real va más allá de esa barrera, justo ahí, en mi mundo real todo es posible, Juan —Le hablo ella con fascinación, el suspiró.

—Aún me sorprendes —Dijo en el medio del suspiro.

—¿Por que?—Cuestiono ella dulcemente.

—Aún teniendo tu edad, sigues siendo la misma niña soñadora que conocí —Respondió él mirando al frente.

—Gracias, me gusta seguir siendo así... Pero, ¿sabes que me gustaría más? —Dijo ella separándose de la barandilla y acercándose a la puerta.

—¿Que? —Pregunto él mirándola.

—Salir de esta jaula...—Murmuro lo suficientemente alto como para que el la escuche —Buenas noches, Juan —Dijo para cerrar la puerta después de ella.

—Ya no se que es lo que haré contigo —Murmuro Juan frotando su rostro con sus manos.

Era verdad, Katia tenía que crecer en algún momento, debía enfrentarse al mundo real... Pero no al de ella, sino, al que Juan conocía, ese lugar lleno de avaricia, odio y cosas malas. Era inevitable llegar a ese lugar, Juan también era como ella hasta que llegó a ese callejón sin salida que lo dejo en la realidad y ahora, para él, la esperanza estaba bastante perdida...

One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora