One-Shots

Kriter

Daemonium

Desde el comienzo de los tiempos las personas se han visto unidas a Demonios que les siguen por el resto de sus vidas, algunos son capaces de dominarlos, otros los ignoran y en su mayoría las personas viven peleando constantemente contra ellos para tener el control de sí mismos. Solo la persona con la que el demonio esta ligado es capaz de verlo y sólo cuando el demonio lo quiera, por tanto todos fingen haber dominado a sus demonios, los esconden con vergüenza de aún tenerlos a su lado.

Pedro salió de la ducha y se puso frente al espejo empañado dispuesto a lavarse los dientes, se inclinó enjuagando su boca con agua y al alzar la mirada vio como una mano se marcó en el espejo y después sintió como pasaban otra mano por su espalda.

—No me asustas ya, Kronno —Le habló Pedro y su demonio se hizo visible de pie detrás de él tocando su espalda desnuda.

—¿Kronno? Así no me llamas siempre —Le dijo el demonio recargándose en el mueble de su lado mirando a Pedro.

—Es tu nombre —Explicó y el demonio se rió.

—Yo no tengo un nombre —Le respondió.

—Ahora sí, y es Kronno —Dijo Pedro saliendo del baño.

El demonio, ahora llamado Kronno, le seguía a unos pasos de distancia. Se sentó en la cama de Pedro viéndolo rebuscar en el armario.

—Entonces... Me pusiste un nombre, ¿por qué? —Le cuestionó y Pedro no quería responder, dejó la ropa en la cama y Kronno se paro frente a él con una sonrisa de burla en su rostro —Ah... No me digas que quieres intentar esa estupidez de: "Si puedes nombrarlo, puedes domarlo" —Se burló de sus intenciones —Soy más difícil de domar que cualquier cosa que quieras en este mundo... Y no soy un perro, que te quede claro, pero al menos me pusiste un buen nombre —Mientras hablaba se acercaba de forma provocativa a Pedro.

El humano le miraba a los ojos hipnotizado por el color blanco de los ojos del demonio, sus labios estaban rozándose y Pedro fue el que se movió. No quería sucumbir ante su demonio.

—Debo cambiarme, vete —Le dijo alejándolo de sí.

Kronno soltó nuevamente una risa burlona.

—Creeme, lindo, no hay nada de tu cuerpo que no haya visto ya... No tengo por que irme —Le dijo causando un sonrojo de parte de Pedro.

—No me importa, largo —Ordenó Pedro de forma simple.

—¿Para que quieres vestirte? Cuando estas desnudo es más fácil admirarte, te sienta bien estar así —Sonrió coqueto y Pedro gruñó fastidiado.

—¡Tengo que salir al bachiller, así que pierdete un rato! —Le grito perdiendo su paciencia.

—Me gusta cuando te enojas, esta bien. Pero apurate que vas algo tarde —Dijo despareciendo y Pedro vio el reloj, el demonio tenía razón.

Se vistió rápido sin importarle nada, tomo las cosas necesarias y salió corriendo de casa. Por supuesto Kronno le acompañaba en todo el transcurso solo que sin mostrarse ante él, lo vio subirse al coche y se burló internamente mientras jugaba con una pequeña pieza que le había quitado al motor.