Zarcronno

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Sin título.

Miguel sostenía su cabeza inclinada a la derecha con dos dedos en su sien escuchando hablar al chico que era hijo de una de las amigas de su madre. El chico le hablaba de negocios, de automóviles, de lugares que había visitado mientras que la mente de Miguel divagaba y lo escuchaba a medias.

—¿Te estoy aburriendo? —Le cuestionó el chico de pronto, Miguel iba a responderle con sinceridad pero su mamá le dirigió una mirada que le decía que no se atreviera a decir lo que pensaba.

—No, para nada —Le respondió fingiendo una sonrisa linda.

—Creí que si, no has hablado mucho —Dijo el chico.

«Quizá será por que no te has callado ni un poco en dos putas horas » Deseó poder responder ese pensamiento pero se lo guardo.

—Soy muy tímido —Se excuso hábilmente.

—¿En serio? No veo por que deberías ser tímido, eres muy lindo —Elogio el chico y Miguel fingió haberse alagado.

—Gracias, pero es cierto, soy tímido... —Hizo una pausa y miro a todos —¿Me disculpan un momento? —Preguntó y todos le dieron permiso.

Camino a paso lento con dirección a los baños, una vez entrando ahí se encerró en los cubículos... Estaba harto de eso, desde que se había declarado hay frente a su familia sus padres habían empezado a presentarle montones de chicos como ese, todos aparentemente perfectos, con una posición económica como la de su familia, chicos cultos, disciplinados y muy aburridos. Saco su móvil y marco un número, dio dos timbres y respondieron.

Hola, cielo... ¿Como te esta yendo? —Le cuestionó la persona al otro lado de la linea.

—Pésimo —Se quejó Miguel.

—Venga, tampoco te puede ir tan mal... Creciste en ese ambiente, puedes con eso Animó el chico, Miguel sonrió.

—Si, crecí así... Pero estoy muy aburrido, ¿sabes que ha hecho mi madre? Me ha obligado a venir solo por que quería que conociera a un tio y estuviera con él —Se quejo de nuevo, al chico del otro lado de la linea no le gusto para nada aquello.

—¿Que y un tio que? —Preguntó con evidente molestia en su tono.

—Ay, por favor... No te preocupes, es un idiota. Además, tú sabes que solo te amo a ti, ¿o no?—Le cuestionó e hizo sonreír al otro.

—Lo , soy perfecto. ¿Quien no me amaría siendo yo tanta perfección junta? — Se elogió a si mismo y Miguel rió levemente —¿Que te parece si esta noche voy por ti y te llevo a divertirte de verdad? — Propuso el otro chico.

—Me parece bien, cielo, ahora tengo que volver... —Miguel realmente no deseaba despedirse, pero era lo mejor o mandarían a buscarlo.

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