One-Shots

Zartown

Sin título

"¿Sabes algo? Aún me duele... Duele verte todos los días y no poder acercarme, duele verte sonreír y saber que no fui yo quien lo provocó, duele que te dejé ir por una tontería mía, duele verte y fingir que no me importa nada cuando realmente me duele como nunca"

Miguel borro el mensaje justo después de terminar de leerlo, no iba a enviarlo ni de chiste. Bajo el móvil dejándolo sobre su abdomen, de a poco las lágrimas se acumularon en sus ojos, tomo aire intentando retenerlas, subió su brazo para cubrir sus ojos y finalmente de nada sirvió... Las lágrimas corrieron en silencio mientras abogaba sus sollozos leves en la piel de su brazo lamentándose.

¿Y quién diría que se sentiría así? Siendo que sólo era "un amigo" por quien lloraba, sólo era "un amigo" quien le hacía pensar en lo malo que era... Pero ese chico ya no era su amigo, ya no eran más que desconocidos que en algún punto se habían juntado y eso le dolía aún más.

→Flashback←

—¡Migue! —El llamado de Álvaro le hizo voltear casi al instante.

—¡Hey!, ¿por que tan temprano hoy?, ¿te caíste de la cama? —Le saludo con un choqué de manos simple.

Álvaro rió del comentario de Miguel.

—Quise cambiar mi rutina, y acompañarte —Dijo Álvaro, el otro le miró sonriendo.

—Pues gracias, pero es mejor si me dices: "quería pasar más tiempo contigo, Migue" —Le comentó con ego fingido

—Baja el ego, no eres tan indispensable en mi vida —Dijo siguiendo la broma y Miguel fingió indignación.

—¿Que no soy indispensable? Pues anda a quedarte solo —Respondió volteandose, ambos rieron y siguieron caminando.

Álvaro miraba de vez en cuando a Miguel de reojo, el otro sonreía levemente mirando su camino. De pronto una idea se metió en la cabeza de Miguel que paró el caminar de su amigo tomándole de la muñeca.

—¡Acabo de tener la mejor idea del mundo! —Exclamó Miguel.

—¿Qué es? —Le preguntó Álvaro.

—No vayamos al instituto —Le propuso sonriendo y Álvaro le miro incrédulo.

—Esa no es una buena idea, es de las peores que has tenido —Dijo y Miguel negó.

—No vayamos al instituto, juntos, ven conmigo a cualquier otro lugar muy lejos de aquí, ¿que tal si tomamos un tren? Hoy es Viernes, mi mamá ya sabe que llego tarde y la tuya sabe que siempre vas a mi casa los viernes. No sospecharán —Dijo sonriendo.

—Migue... No estoy seguro — Dijo Álvaro rascando su nuca dudoso.

—Oh, vamos... Sólo esta vez, ven conmigo —Dijo Miguel suplicándole con la mirada y haciendo un puchero.

Álvaro lo pensó unos segundos, no podía negarle nada a aquélla mirada linda de pedido.

—Esta bien —Dijo finalmente y Miguel sonrió.

[...]

Estaban caminando en la orilla de la playa juntos, no había muchas personas por ese lado así que para ellos estaba mejor. Miguel iba con sus pies en donde las olas pudieran alcanzarlos mientras que Álvaro prefería solamente caminar por la arena, el de ojos marrones sonrió y tomo a su compañero de la muñeca para atraerlo hasta él provocando que moje sus pies sin poderse reaccionar antes.

—¡Esta helada, imbécil! —Se quejo Álvaro y Miguel soltó una carcajada.

—Debiste... Debiste ver tu cara —Dijo entre risas.