One-Shots

Zarcronno

Sin título

Juan seguía con la mirada atentamente a aquel chico de cabello marrón y tez blanca, le transmitía tanta curiosidad, nadie se acercaba a él, más bien parecían ignorarlo y nadie hablaba al respecto...

—Juan, te estoy hablando...—Dijo su mamá sacándolo de su trance.

—¿Uh? Ah, si, lo siento —Respondio un poco distante, miro a su madre —¿Que decías, mamá? —Le pregunto.

—Ya no importa, ¿que tanto veías? —Pregunto su madre.

—Al chico de ahí, me da curiosidad —Señalo Juan.

—Ahí no hay ningún chico —Dijo la señora que hablaba con su madre.

—Si lo hay, es de tez blanca, casi de mi altura, cabello castaño y tiene una chaqueta negra —Le intento convencer, su madre lo miraba dudosa.

—No hay nadie ahí, chico —La señora le miraba de forma reprobatoria.

—Si lo hay, mamá, tu si me crees... ¿Verdad?—Miro a su mamá suplicante.

—Ve a casa, Juan —Respondio la señora.

Su hijo la miro un poco decepcionado y se volteó yendo a casa, aunque en realidad fue a por el chico.

—Ya no se que hacer con él... Lleva terco con ese chico desde que llegamos —Dijo la señora de pelo rizado sobando su cara en señal de desesperación.

—Pues no se como hagas pero tiene que olvidarse de él, ese chico es malo, nadie tiene que acercarse a él... Tu hijo puede terminar peor su se acerca a él, puede pasarle lo que a Christian... —Dijo la señora.

—¿Christian?, ¿Que paso con él? —Pregunto la señora.

—Desapareció un día de la nada, lo encontraron en el viejo lago, muerto y el mayor sospechoso era ese mismo chico... Christian también desobedeció en acercarse, si aprecias a tu hijo deberías impedir que se acerqué a él —Dijo la señora metiéndole miedo a la otra.

Por su parte Juan caminaba decidido detrás del chico, lo miro leyendo un viejo libro, se sentó a su lado.

—Hola —Dijo sonriendo amable, el chico lo miro de soslayo.

—No deberías hablarme... Menos estando en plena vía publica —Le dijo en tono bajo.

—¿Por que no? Solo quiero ser tu amigo —Dijo Juan, el chico rió irónicamente.

—Nadie quiere ser mi amigo... ¿Alguien te envió? —Le dijo el castaño.

—Tampoco quieren ser los míos... Así que no, vine por mi cuenta y no pienso irme —Dijo sonriendo lindamente.

—Lastima, yo si —El chico cerro el libro y se levanto a adentrándose en el bosque.

Juan se levanto y comenzó a seguirlo descaradamente, sin ningún intento de no ser visto.

—¿Por que me sigues? Eres raro, ¿lo sabias?—Le dijo el chico volteándolo a ver un poco.

—¿Alguna vez te has visto? Eres más raro que yo —Respondió Juan.

—Ya, pero yo no voy siguiendo a un extraño a ve tu a saber donde... Incluso podría llevarte a un acantilado y me seguirias ciegamente —Se detuvo volteando a ver a Juan.

—Buen punto, pero confió en que no vas a hacerme eso, te ves como alguien bueno —Sonrio Juan.

—Las apariencias engañan muchas veces... Ahora, largo de mi vida —Señalo el costado del bosque.