One-Shots

Katianna

Destino

•27 ɖɛ ռօʋɨɛʍɮʀɛ ɖɛ 2003•

La pequeña pelirroja estaba sentada debajo de un gran árbol, los demás niños jugaban en el área de juegos que estaba frente a ella...

—¡Katy!, ¿quieres jugar?—Preguntó Juan, su amigo, ella le sonrió.

—No, gracias. Estoy bien aquí —Respondió amable, los niños que acompañaban a Juan le quitaron el viejo balón y fueron corriendo a otro lugar para jugar.

—¿Que tienes? —Pregunto el moreno sentándose con ella.

—Nada, solo estoy esperando...—Dijo en tono tranquilo.

—¿Esperando?, ¿Te van a llevar con una familia? —Pregunto entre feliz y triste, ya que no quería a su amiga lejos de él, ella rió un poco.

—Claro que no, estoy esperando a alguien que me prometió venir...—Respondió ella calmando a su amigo.

—Ah, vale, ¿puedo esperar contigo?—Pregunto el niño, ella asintió feliz.

Continuaron sentados esperando un rato bastante largo, que realmente gastaron jugando alrededor del árbol y Juan había "peinado" a Katia para que se viera linda cuando llegara la persona a la que esperaba, aunque realmente el peinado era una trenza mal hecha que se deshizo por el pelo lacio de Katia...

—¡Juan, Katia, Alexis, Mariana y todos vengan adentro ya!, ¡Se esta nublando!—Grito su profesora, o más bien cuidadora.

—Ahh—Dijeron todos al unísono con desilusión y entraron, Juan y Katia inmediatamente fueron a un lugar cerca de la ventana.

—Katia, cariño, ¿quieres ponerte algo más abrigado?—Pregunto la dulce señora que los cuidaba.

—No, señorita Alexia, estoy bien así —Respondio la pequeña.

—Pero cariño, hace frío —Le intento convencer.

—Es que Katia quiere versé bonita para cuando venga alguien —Dijo Juan haciendo que la señora lo mire y luego a Katia.

—¿Es cierto, cariño? —La pequeña asintió con sus azules ojos destellantes de esperanza e ilusión —Vale, entonces quedate así... Pero si te da frío deberás cambiarte —La miro seriamente y Katia asintió.

Continuaron esperando, apenas era medio día y afuera estaba lloviendo, todos estaban dentro de lo que ellos llamaban casa... Juan se había quedado completamente dormido recargado en Katia y la pelirroja aún miraba con ilusión al exterior.

—Katia, ¿quieres chocolate caliente?— Pregunto su cuidadora.

—No, gracias —Rechazo la pelirroja.

~¿Como decirle que nadie va a venir? ~ Pensaba la señora mirando la ilusión que tenia en los ojos.

[...]

Katia estaba a nada de cerrar sus ojos cuando en su campo de visión apareció un coche color guinda, sonrió y se movió despertando a Juan.

—¡Ya llegaron!—Exclamo feliz llendo por la señora que la cuidaba.

La señorita Alexia abrió las puertas dejándole ver a rostros bastante conocidos; La familia Hyrule, ellos iban muy a menudo para donar cosas al orfanato... Todos los niños estaban felices ya que su visita significaba cosas nuevas y regalos.