Zarter

192 12 1
                                    

Sin título

El chico castaño frente a la estantería no pudo evitar dirigir su mano al lomo de un libro de color azul con detalles negros que tenía letras doradas, sonrió levemente tomándolo y un recuerdo inundó su memoria.

→Flashback←

—Yo... Uhm... Dijiste que te gustaba esta saga y encontré el libro que te faltaba, esperó te guste —El de ojos marrones obscuros sonrió tímidamente mientras estiraba el libro con letras doradas en su portada y lomo.

El otro le sonrió y un brillo muy especial apareció en sus ojos. Lo tomó mirando los ojos del otro chico.

—Gracias, Pedro. Por supuesto que me gusta —Se acercó a él y besó su mejilla de forma tierna provocándole un leve sonrojo a Pedro.

Miguel hojeó un poco del libro con una sonrisa mientras Pedro lo miraba nervioso. Llegó hasta la hoja en blanco del final y Miguel pudo ver una pequeña hoja de notas de color amarillo que estaba ahí pegada "¿Quieres ser mi novio?" esas palabras con una caligrafía muy cuidada decoraban a aquella nota. Miguel sonrió más amplió, mostrando sus dientes.

—Me gusta cuando eres tan lindo... —Dijo sin pensarlo tomando la mano de Pedro y bajando el libro —Sí, quiero ser tu novio.

Pedro lo miró y también sonrió, lo abrazó fuerte.

—No vas a arrepentirte, Miguel. Te lo aseguró.

Le prometió aquello como si él pudiese ver el futuro, y por supuesto, Miguel creyó en él.

→Fin del Flashback←

Hojeó el libro de nuevo, la nota aún descansaba justo al final del libro... Y aunque era un libro con final trágico a Miguel le apreció una sonrisa en el rostro.

Escuchó la puerta siendo tocada, dejó el libro y corrió con una sonrisa, creyó que Pedro había olvidado sus llaves.

Cuando abrió, Jose, su mejor amigo, estaba ahí con comida en sus manos.

—Se ve a millas que no querías que fuera yo —Le dijo en tono exagerado.

—No seas tonto. Sólo... Creí que serías Pedro —Pausó un poco —Pero pasa.

—¿Y no podías confundirme con alguien más digno? —El chico hizo un gesto de desagrado y Miguel movió el iris de sus ojos en forma de demostrar el fastidió — Te avisé que vendría —Los dos caminaron a la cocina.

—Sí, lo recuerdo, pero... No sé, Pedro no durmió aquí ayer y no sé nada de él. Me preocupa —Sacó platos y Jose se dirigió al refrigerador.

—Yo que tú ya no preocupaba por él. —Dijo Jose mientras sacaba refresco.

—Sé que no te agrada mucho...

—Corrección: No me agrada nada. Pero es tú esposo y lo toleró, no como él conmigo.

—Él también hace su esfuerzo...

—Mira, no quiero decirte todo lo que pienso, ¿vale? No cuando se trata de tu esposo. Pero si te digo que no te preocupes mucho por él, va a volver y lo sabés, la última vez, ¿no duró solo cuatro días fuera?

—Sí, pero no puedo evitar preocuparme por él...

—Por lo que si debes preocuparte en realidad es por ti. ¿Ayer comiste o cenaste, Miguel? —Jose lo cuestionó y el chico no quiso responder pues era verdad que no lo había hecho —Y ni duermes bien tampoco por estar esperando, puedo apostar a ciegas mi vida a ello. Miguel, piensa un poco en ti...

One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora