One-Shots

Cyter

Sin titulo

"Todos en el mundo tenemos una mitad, un complemento... Nosotros somos capaces de encontrarlo, pero siempre hay que saber ganarse todo y cuidarlo. Aunque sea tu otra mitad no va a soportar que le hagas daño"

Jose recordó aquellas palabras y fue como un golpe bajo. Definitivamente le había fallado a todas las lecciones que le había dado su abuelo sobre amar a alguien, se odiaba, se odiaba tanto como él sabia que lo hacían los demás. Bajo su mirada con vergüenza y tristeza mezclada.

—Por favor, dime que hacer ahora, abuelo —Susurró sintiendo sus lágrimas resbalando por sus mejillas, no hizo nada por apartarlas, las dejaba correr, sentía que necesitaba hacerlo.

→Flashback←

Pedro volteo a verlo con una sonrisa, tan preciosa, Jose suspiro con sus ojos en el camino, una de sus manos apretaba el volante y la otra descansaba sobre el muslo de Pedro con la del mayor sobre ella, entrelazadas.

—Me gusta tu cara de concentración —Pedro solo dijo lo que pensaba y provoco que las mejillas de Jose tomaran un bonito color rojo —Te sonrojas tan fácil —Sonrió más amplio.

—Basta, Pedro —Jose quitó su mano del agarre con la de Pedro —Por favor.

—Bueno... —Recargo su cabeza en el vidrio de la ventana —¿Me despiertas cuando lleguemos?

—Si.

→Fin del Flashback←

Recordar aquello le destrozaba el triple, necesitaba volver el tiempo atrás y así poder remediar su terrible error. No entendía en que momento pensó que dejarlo ahí era una buena opción, ¿en que momento su miedo fue más grande que su amor por Pedro?

→Flashback←

De un momento a otro ocurrió lo que menos esperaba, perdió el control del volante, pisó el freno pero eso sólo lo empeoró. El auto se volcó a la colina que había, Jose perdió el conocimiento en la tercera vuelta que dieron y no despertó hasta que estuvieron en el suelo unos quince minutos.

Abrió sus ojos muy apenas, le dolía todo, vio a Pedro, sangre brotaba de su cabeza, aún tenía sus ojos cerrados, también tenia sangre en su brazo y algunas partes de su ropa, pero Jose no sabía si le pertenecía a él o a Pedro esa sangre.

No supo como ni por qué, pero sacó a Pedro del auto, cuando lo dejó en el suelo fuera del automóvil lo contempló y luego sus manos, llenas de su sangre mezclada con la de la persona que amaba. Le aterró, le aterró que le culparan, le aterró saber la verdad, le aterró perder a su amado, le aterró la realidad. Temblaba y sin saber por qué corrió, por que su instinto se lo decía.

→Fin del Flashback←

[...]

Otro día en el que caminaba por el campo libre, rodeado de pasto y árboles tan hermosos... Un lugar tan tranquilo en el que podía torturarse libremente.

→Flashback←

—¿¡No lo entiendes?! —Jose le gritó a su hermano —¡Es mi culpa!, ¡Si no me hubiera distraído con el teléfono Pedro estaría bien!, ¡Si no lo hubiera dejado solo ahí después del choque él...