Cyclonno

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Jueves

Jose entro en aquel vagón y se sentó en un lugar libre, poniendo su mochila en sus piernas delicadamente, para después poner sus cascos y música a tope en ellos. Su vista se apartó del cristal al ver el reflejó de una persona. Era ese chico de nuevo, el destinó es algo que no muchos creen. Pero ese chico siempre iba en ese tren exactamente, era como si hubiese algo planeado para ellos.

››Si fuera más guapo y un poco mas listo. Si fuera especial, si fuera de revista tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte "¿quién eres?" ‹‹ Pensaba Jose mirándolo. 

El chico soltó un leve bostezo dirigiendo su cabeza al cristal, mientras cubría su boca un poco, por educación claramente. Jose sonrió ante lo lindo que bostezaba.

››Te sientas en frente y ni te imaginas que llevo por ti mi ropa preferida. Y al verte lanzar un bostezo al cristal se inundan mis pupilas... Mierda, parece que estoy cantando una canción de Romeo Santos o algo así‹‹ Pensó Jose y rió mentalmente por sus pensamientos.

El chico volteó a donde sentía una mirada sobre él. Conectaron miradas, Jose estaba muriendo y saltando por dentro, estaba nervioso, no sabía que hacer. El chico suspiró y apartó la visita. Jose estaba rojo y temblando levemente.

[...]

Y así pasan los días, de lunes a viernes, de estación a estación, pero entre ellos el silencio iba y venía. Siempre en los mismos asientos, misma mirada, mismo nerviosismo. Parecía una rutina, pero de esas rutinas buenas que llegas a amar en vez de odiar.

Pero esta vez había algo distinto, el tren iba un poco lleno, Jose se subió junto con una señora mayor. El chico de siempre se levantó y cedió su lugar a la señora, cuando el tren arrancó Jose dio un tropezón y se dio con el tubo en la cabeza. Se puso rojo ya que llamo la atención de todos, incluyendo al chico que él quería. La persona que iba frente a él se levantó y le dio el asiento pues iba a bajar en la próxima parada.

Se sentó y paso algo muy diferente, al recorrerse el chico quedó frente a él. Lo miró y el otro devolvió la mirada, el interior de Jose se revolucionó otra vez. Estaba rojo, nervioso y temblando.

—J-ju-juan —Tartamudeo él sin pensarlo o quererlo. El chico abrió los ojos sorprendido.

››Coño, seguro esta pensando que soy un tonto, o un acosador. Por favor, querida tierra, tragame y escupeme en el sol para morirme‹‹ Pensaba Jose con pena.

Pero Juan sonrió a pesar de que una pregunta se hacia presente en su cabeza; "¿Como sabe mi nombre?" de igual forma no le importó, la forma en que lo dijo, el gran sonrojo que tenia en su rostro. Se veía hermoso y lo tenía idiotizado completamente.

—Yo no te conozco y ya te echaba de menos. Cada mañana rechazo el directo y elijo este tren— Murmuró Juan, el menor estaba conmocionado.

››¿De verdad hace eso... Por mi?‹‹ Pensaba feliz.

—Yo se que apenas te hable, pero ¿quieres ir a tomar un café algún día?—Juan le sonrió dulcemente.

—C-claro —Tartamudeo muy torpemente Jose, el sentía pena, pero para Juan era muy lindo que lo hiciera.

Se pusieron de acuerdo, intercambiaron los números de móvil y cuando Jose se bajo recibió un leve apretón de manos y ese típico abrazo entre hombres. Después de que Jose saliera del tren ambos soltaron una sonrisa victoriosa, al final hasta el golpe había válido la pena.

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