Cyclonno #1

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#Olviden todo lo que saben de Juan y Jose.

🔽Solo para dejar en claro:

En está historia no todas las personas se dividen en Alfa y Omega, solo los licanos (como Juan y Jose) y ellos viven durante muchos años por lo que no envejecen como los humanos normales#

Omegaverse

Jose leía un libro tranquilamente sentado en una mesa que estaba al centro del jardín de aquél bonito lugar, había árboles a su alrededor y la tranquilidad reinaba.

—¡Jose! —Un pequeño niño de seis años se acercó a él corriendo con una de sus manos tras su espalda.

—¿Qué pasa, Juan? —Lo miró y el niño bajo la mirada tímidamente.

—Te traje flores —Le tendió siete pequeñas flores silvestres que crecían en el jardín, de color naranja y amarillo. Jose sonrió enternecido.

—Gracias, Juan —Las tomó entre sus manos sonriendo.

Juan se acercó y subió rápido al asiento de Jose, besó su mejilla y después salió corriendo con las mejillas rojas. Jose no se sorprendió, Juan solía besar su mejilla de esa forma muchas veces.

El omega mayor dejo las flores en la mesa y con una sonrisa continuó leyendo. Hasta que un corto recuerdo se instaló en su mente.

Flashback←

Jose salió de la sala de la directora y Juan le miró de inmediato. Simplemente levantando la mochila y tomó la mano del pequeño de, en ese momento, cinco años y medio.

No le dijo absolutamente nada, Juan ya sabía que el mayor estaba molestó con él, aunque no lo entendía del todo. Llegaron a la casa, y Jose hizo que Juan se sentará en la sala.

—Yo te dije, demasiadas veces, que no debías golpear a nadie, Juan. ¿Por qué lo hiciste? —El mayor estaba cruzado de brazos mirando a Juan.

El moreno miraba sus pies moviéndose de atrás hacía enfrente golpeando el sofá despacio.

—Juan —Habló serió y el niño se encogió más.

—Ellos se rieron de mí.

Jose se puso de cuclillas frente a Juan.

—Se rieron por que yo dije que iba a casarme contigo cuando sea mucho más grande.

Jose alzó sus cejas con sorpresa, pero luego una sonrisa que mezclaba diversión y ternura le inundó el rostro.

—Juan, no puedes golpear a las personas por algo así —Lo regañó aunque su rostro no era de regaño.

—Pero es que ellos me llamaron mentiroso, y yo no miento. ¿Verdad que no?, ¿verdad que sí te vas a casar conmigo cuando sea mucho más grande? —Los ojos de Juan viajaron a los de Jose.

—Em... —Jose no pudo con esos ojos marrones suplicándole una afirmación,  abrió sus labios para hablar tranquilamente —Si, Juan. Lo haré, pero solo si eres bueno y me prometes que ya no vas a golpear a nadie jamás.

—¡Lo prometo! —Exclamó feliz.

→Fin del Flashback

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