One-Shots

Cyclonno

Sin título

Juan y Jose habían salido como muchas veces a divertirse, terminaron en un pequeño sitio cerca de la barra bebiendo sin problema alguno, ambos tenían buena tolerancia al alcohol así que estaban seguros de que nada pasaría.

—Y, mañana... ¿Me acompañarás a casa de mis padres? —Jose sonrió y Juan bajo su bebida.

—¿A ti te gusta ver que me maltraten?

—No te maltratan. Mi mamá solo es muy protectora...

—La última vez casi me pide un examen para estar segura de que no me drogó...

—Okey, si exagera... Pero no quiero ir solo, la boda de mi prima es el martes y quiero alguien con quien estar sin que me pregunten porque no tengo novia —Jose miro los ojos de su amigo.

—Dejame ver si entiendo... ¿Vas a llevarme como tu pareja a una boda? —Juan le miró y sonrió haciendo que Jose note la doble intención de su pregunta.

—Deja tus sucias intenciones fuera, Juan... —Bromeó haciendo que su amigo se ría —¿Irás conmigo o... Le digo a Pedro que vaya?

El rostro de Juan se puso serio y suspiro, la familia de Jose era un poquito insoportable y no se llevaba muy bien con la madre de su amigo... Pero Jose se lo estaba pidiendo a él y estaba haciendo la mirada que le derretía, además no quería que llevará a Pedro.

—Esta bien, iré... Pero me debes un favor grande —Lo señaló y después bebió todo el trago de una sola vez.

Jose sonrió y bebió también, después de estar un buen rato bebiendo comenzaron a divertirse bastante.

[...]

A la mañana siguiente el coche de Juan se detuvo en la casa de Jose, hizo sonar el claxon y esperó a que su amigo saliera para ayudarle a meter sus cosas en el maletero y finalmente emprendieron camino a Almería. Por el camino escucharon música, cantaron, se rieron y pasaron en general un viaje tranquilo y divertido.

[...]

—Juan, muevete. Quiero bajarme

—Solo un segundo más —Terminó de acomodarse el cabello, se veía más presentable ahora.

Bajaron para aproximarse a la casa del menor, Juan llevo su maleta y la de Jose. Tocaron la puerta y abrió la mamá de Jose.

—¡Cariño, que bueno que llegaste! —Se tiró a abrazar y besar a su hijo, luego miró a Juan y no pudo evitar una mueca de desagradó —Y tú también viniste...

—Un gusto verla de nuevo, señora —Juan le sonrió sin ocultar que en su mirada el desagrado era mutuo.

—Pasen, por favor.

Los chicos se adentraron en la casa y Jose saludo a todos al igual que Juan, finalmente les dijeron que dormirían en la vieja habitación de Jose.

—¿Y donde va a dormir Juan?

—En el suelo, no creo que le moleste... ¿O si, hijo? —La señora miro a Juan y este internamente quiso decirle muchas cosas pero como no era nada amable decidió callarse.