One-Shots

Zartown

Sin titulo.

Miguel era el típico chico lindo del instituto, era bastante nombrado por ahí debido a que habían descubierto que tenia gran talento con la música, además de que era muy amable, tranquilo y bastante guapo. No había persona que pudiera resistirse a la mirada y sonrisa de Miguel, mucho menos a su hermosa personalidad, podría hacerse una encuesta sobre él y la gran mayoría se habría fijado en Miguel de forma romántica al menos una vez.

Ahora se encontraban en clase, pero el profesor se había ausentado, Miguel estaba con su grupo de amigos riendo de cualquier cosa que decían mientras que unos asientos mas atrás estaba un chico que mantenía su mirada discretamente en Miguel; Álvaro era bastante tímido, la mayoría de personas ni siquiera lo notaban y los pocos que lo hacían le ignoraban ya que creían que era aburrido, Álvaro llevaba enamorado de Miguel bastante tiempo en realidad, había tenido la suerte de ir en la misma escuela anterior con él y ahora en el instituto.

«Como quisiera poder acercarme a él»  Pensó Álvaro.

La campana sonó y todos salieron corriendo, Álvaro se quedo ultimo dentro del salón y justo cuando estaba por salir choco con una persona que iba entrando.

—Uh, lo siento no te vi —La voz de Miguel llego a sus oídos y se puso nervioso al instante, Miguel al ver el nerviosismo busco contacto visual  —¿Te encuentras bien? —Le cuestiono y Álvaro estaba completamente en blanco.

—S-si, d-debo irme —Después de poder formular esas palabras salio casi corriendo.

Miguel se quedo unos segundos en el marco observando a ese chico, después entro en el salón para tomar el libro que había olvidado ahí y salio de nuevo en busca de sus amigos.

[...]

Era la hora de la salida y Miguel caminaba al lado de Juan quien en un momento paso su brazo por los hombros de el castaño y con la otra mano le revolvió el cabello exclamando bastante alto "Tan inocente, mi Migue"  para después reír. Álvaro observaba esta escena desde la lejanía pensando en lo mucho que le gustaría a él poder abrazar así a Miguel.

—Deberías hablar con él —Le dijo Alfonso llegando a su lado.

—No puedo —Nego simplemente, sin apartar la vista de Miguel.

—¿Por que no? —Le cuestiono.

—Soy un fracaso, hoy choco conmigo... Se disculpo, me quede en blanco y literalmente salí huyendo de ahí —Dijo y el otro chico le sonrió.

—Es que piensas demasiado —Dijo para dar un paso —Anda, caminemos a casa —Pidió y Álvaro fue tras él.

[...]

Durante las clases Álvaro también observaba a Miguel discretamente, aunque aquel día sucedió algo especial para Álvaro: una pelota impacto en la ventana sin llegar a hacer daño en esta pero igualmente todos voltearon por instinto, Álvaro guió su mirada rápido a Miguel y cuando el castaño estaba volviendo su mirada alcanzaron a cruzarlas y Miguel le sonrió un instante.

«Me sonrió... Acaba de sonreír me Miguel, acaba de notarme» El chico saltaba internamente.

[...]

Álvaro llego a casa y se paro en mitad de su habitación, sonrió recordando la mirada y sonrisa que Miguel le había dado esa misma mañana.