Chapter 3

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Hatori Dio
17 años
1.69 metros
98 kg
21 de septiembre.

Pasatiempo: admirar y fantasear con monitas chinas en 2D, jugar videojuegos online, eroges, NL y VN.

Sueños: ¿Acaso siendo completamente feliz vas a tener uno en ese momento?

Notas: promedio-alta

Habilidades: me da flojera mencionarlos todos

Club: secretario del consejo escolar (a la fuerza)

Amigas de infancia: Hitomi, Jessie, Reika, Luka

Otras amigas actuales: Machi, Rinda, Moeka, Meguri, Kozue y...¿el equipo entero de básket?

Deseos: vivir una vida tranquila y... ¿tener novia? ¡Claro que no!

***

Dio despierta de forma normal, sin tener nada en mente a pesar de ese extraño incidente...

Estaba en su cama y se quedó ahí durante un rato antes de levantarse.

Ahora lo recordaba...

"¿Qué demonios fue eso? ¿un sueño?"

No podía serlo, porque tampoco recordaba cómo había venido a parar a su habitación ni lo que hizo durante la noche. Se suponía que debía hacer unos deberes y luego jugaría en su pc hasta las once como siempre lo hace.

La incertidumbre no lo dejaba muy tranquilo, además, sentía la cama muy extraña y al levantarse sintió dificultad...sentía como si no tuviera total control de sí mismo ya que se tambaleó como un borracho hasta toparse contra el estante repleta de novelas ligeras que tenía en la pared. Se cayeron algunas pero no le importó, luego los recogería...

"¿Qué me está pasando?"

De pronto le dio un mareo y rápidamente sintió la necesidad de correr hacia el baño, entonces rápidamente coge sus lentes de su mesa de noche y salió ligeramente. Ni siquiera se fijó en sí mismo, pero sintió que era mucho más rápido de lo normal.

Al intentar abrir la puerta, esta se abre antes para mostrar al otro lado a su hermana Fuko que se acababa de bañar y estaba lista para irse a la escuela...

...

Hubo un breve silencio, Fuko mira al chico delante de ella y con una tardía reacción abrió sus cansados ojos de forma anormal, parecía que estaba viendo algo totalmente aterrador y Dio la miró con extrañeza.

- ¿F-Fu-

- ¡AHHHHHH!

- ¿¡eh!?

Su pequeña hermana lanza un grito de terror que seguramente se escuchó por todo el vecindario y casi de inmediato se escuchó el trote de su madre aproximándose al igual que los de su padre.

- ¡Fuko! ¿qué pas-...

- mamá ¡hay un extraño tipo aquí!

Al ver a sus padres, Fuko se sintió aliviada y señaló a Dio que se sentía confundido.

La madre se quedó perpleja por el extraño chico alto y delgado que estaba en medio del pasillo y por un momento puso una cara de hostilidad al igual que el padre...

- ¿¡qué estás diciendo Fuko!?

Incluso su voz había cambiado a una un poco más ronca. Pero al instante el foco dentro de los padres de Dio se encendieron al reconocer esa cara tan familiar que ahora se parecía mucho más a la de su madre que aún estando en sus cuarenta conservaba su esbelta belleza.

Necroromancer OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora