Chapter 197

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Sin saber lo que estaba pasando, Dio se incorporó, se sentía agotado y agradecía que como un no muerto, tenía reducción de dolor o de lo contrario no soportaria el daño que tenía acumulado... Al parecer estaba bajo un efecto de reducción de regeneración ya que a estas alturas ya estaría recuperado.

- ¿Qué demonios es esa cosa?- se preguntaba Dio al ver que esa extraña esfera negra dejaba caer esa cosa asquerosa sobre la isla. De no tener una preocupación por dentro, le habría puesto toda su atención, pero él se levantó y rápidamente se dirigió al cadáver de Hitomi.

Ya que estaba harto de ver tantos cadáveres y en peor estado, no le supuso ningún problema ver a Hitomi, helada, rígida y pálida como papel. Con la sangre de su gran herida completamente coagulada y despidiendo un hedor característico de la sangre y en parte a quemado.

- ¡Maldición!

Dio, al verse tan impotente se enfureció y estrelló su puño contra el suelo, una y otra vez sin importarle que se estaba destrozando sus nudillos.

...No había nada que podía hacer.

En su mente sólo existía un sentimiento de culpa.

"...Si tan sólo me hubiera puesto serio al entrenar, todo esto no habría sucedido"

Si tan sólo...incluso para él sonaba patético pensar de esa forma. Lo hecho, hecho estaba, sería un gasto de neurona estancarse pensando y lamentándose por algo.

Aunque esta Hitomi no había representado un gran impacto en su vida. El peso de la anterior le había obligado a tener que hacerle caso. Aún se sentía culpable de su muerte...y ahora se sentía doblemente culpable.

- ...Hitomi...

Ella era la única chica que lo amaba genuinamente, aunque era algo extraña, siempre lo hacía todo por su bien. Como siempre lo había hecho.

Por un momento, él se quedó en silencio, mirando a Hitomi que tenía una expresión tranquila en su rígido rostro.

En un principio pensaba salvar su vida dándole de su sangre, así como había hecho con Reine. Pero...intentar revivir un cadáver resultaría en dos cosas: el nacimiento de una nueva sirviente o por defecto, saldría un zombie ordinario.

Impulsado por ese deseo, su mano lentamente se acercó a Hitomi. Dadas las probabilidades, había un alto porcentaje de que naciera un sirviente. Tomando en cuenta que Hitomi ya era muy fuerte, el sirviente generado sería igual o más fuerte todavía...incluso ya tenía pensando el nombre que le pondría desde hace mucho.

Su mano se acercó a la altura del agujero que tenía el cadáver y apretó sus puños, intentando abrirse una herida en la palma de su mano con sus propias uñas.

Pero entonces, como si volviera a la realidad, Dio devolvió rápidamente su mano.

Lo más honroso que podía hacer por ella era enterrar su cuerpo, hacer una sirviente utilizándola no sería diferente de esos profanadores de tumbas...pero en estos momentos no existía un buen lugar...además, recordó cierto cadáver que había olvidado que tenía que enterrar también.

Y como si las causalidades en verdad existieran, a lo lejos, entre los escombros alcanzó
a divisar el cuerpo de Nekane.

Para ese momento, el ser  cubierto de llamas surgió y Dio tuvo que tomar acciones rápidas, por ahora ese monstruo sea lo que fuera estaba de espaldas y si sus sirvientes que venían a él lograban entretenerlo, él tendría tiempo para hacer lo que tendría que hacer, aparte de recuperarse y preocuparse ahora por Fuko.

***

- Esa invocación, se ve tan...real- comentó Rinoa completamente estupefacta al verlo alzarse entre las llamas.

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