Chapter 137

374 46 6
                                    

Aún si había roto sus defensas, Sebas era un tipo muy listo, lo suficiente como reducir el daño a cambio de reducir su maná. Era una técnica que había estado desarrollando para casos como estos en donde el daño en un sólo ataque era exageradamente fuerte. En circunstancias normales no lo habría usado ya que sacrificar parte de su maná (equivalente al daño obtenido) no le saldría muy favorable. Pero este caso lo requería obligatoriamente o de otra manera él no habría sido capaz de levantarse después del golpe o peor aún, acabaría muerto.

¿Qué clase de monstruo era este? ¿y qué hace en el mundo Interior?

Se supone que las criaturas de este nivel sólo se podían en contrar en la otra mitad del mundo donde los aventureros de rango Platino y Diamante abundaban exactamente por eso.

Sebas se estrelló contra el piso, aún si había intercambiado el daño, su técnica no estuvo preparada para el otro impacto. El dolor agudo recorrió casi inmediatamente desde su espalda hasta todo su cuerpo.

Por suerte, aún conservaba un poco de maná con el que logró curarse de forma progresiva y de inmediato activó su fuego especial con el cual dejó que Milmunir se le acercara con tal de poder tocarla.

- ¡Woooarhhgg!

Se debía tener nervios de acero para poder siquiera tocar a ese monstruo en medio de su ataque a gran velocidad contando con la suerte de no salir lastimado en el intento, lo cual ya era pedir demasiado.

El fuego azul de Sebastian era su propia técnica desarrollada la cual consistía en consumir lentamente a su objetivo sin posibilidades de apagar las llamas por mucho que lo intentara. El daño era tanto físico como mágico progresivo, la forma en que las llamas quemaban el cuerpo era un tanto diferente al fuego ordinario ya que dependiendo de la fuerza del objetivo, éste no podría sentir dolor o al contrario, sentir un horroroso dolor que incitaría al suicidio.

Sebas estaba seguro de que el primer caso se daría en esta bestia, pero por lo menos, el fuego lo debilitaria.

Dejando que se acercara estando él aún sobre el suelo, Sebas a las justas pudo mover su cabeza hacia un lado ya que a escasos centímetros las garras de Milmunir se habían clavado sobre el suelo pedregoso.

Sebas sólo tuvo un segundo para reaccionar y una vez su mano envuelta en flamas tocó el lomo de la bestia, él inmediatamente se apartó mediante un ítem mágico que había puesto con anticipación metros atrás.

Un talismán de teletransporte individual, no eran ítems tan caros si la persona que los compraba pertenecía al colegio, pero aún así, no es como si él tuviera un montón. Tan sólo había traído seis, de los cuales para que el hechizo funcione debía utilizar dos al mismo tiempo, uno para él y el otro en donde sea que desearía teletransportarse, siempre y cuado fuera en un rango de trescientos metros.

El fuego azul se apoderó al instante en Milmunir que por un momento se quedó confundida, como era de esperarse, el daño por la temperatura apenas era significante para su dura piel.

El efecto visual que daba Milmunir como un lobo de fuego era increíble y parecía que a ella le gustaba su actual apariencia, tanto que incluso utilizó la propia fuerza de sus brazos para dispararle flamas a Sebas que se asombró al ver lo fácil que había sido detectado, en embargo, sus propias flamas no iban a hacerle daño, por lo que no gastó esfuerzo por evadirlos.

"¿Acaso usa detección avanzada?"

Sebas no tomó en cuenta que él estaba sangrando y para el agudo olfato de Milmunir, ni utilizando invisibilidad completa podría escaparse.

¡Thor Maiden!

Convocando una de sus más recientes habilidades de destrucción basada en conjuración, Sebas hizo aparecer lo que parecía una enorme mujer guerrera con un martillo con la cual de forma horizontal hacia abajo golpeó fuertemente al lobo que no se defendió.

Necroromancer OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora