Chapter 44

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Rastros de sangre...más sangre y más sangre.

La aventurera de rango oro, Hancock llevaba ya más de tres días siguiendo los rastros de un ser que no era de este mundo...y al parecer se estaba almorzando a los moradores de la selva. Pero hasta ahora, lo único que ella había encontrado eran sólo sangre, ni siquiera dejaba los huesos.

Ella encendió un cigarrillo, era distintos a los que se vendían en I-Verall.

"No hay vida..."

Desde que Hancock había dejado el cráter para seguir al simbionte que había atacado al grupo de Dio. Hancock no había detectado ninguna forma de vida salvaje en los alrededores...era como si fuese la única en el mundo, todos habían desaparecido, y las razones eran obvias.

"En lo que voy he contado setecientos cuarenta y ocho manchas visibles, seguramente el simbionte se detiene siempre para comer, no está matando por diversión y está yendo aleatoriamente, ayer pasé por este mismo sitio, no sabe a dónde ir o está buscando más víctimas, son las dos cosas...si tengo suerte, probablemente el simbionte regrese al mismo lugar en algún punto, pero habría que apostar en dónde. Si él se da cuenta que todos los animales que quedan se han escapado al exterior, entonces saldrá también y...las personas estarán en peligro...pero eso no me preocupa"

Hancock pensaba profundamente en todos los escenarios posibles, era más que claro que el simbionte no estaba deborando a diestra y siniestra porque tiene hambre, su instinto le motivaba a evolucionar, Hancock ya había estudiado a varias especies que seguían este mismo o similar patrón, por ejemplo, hay una especie de águila gigante cuyo tamaño y fuerza imponente fue resultado del ecosistema peligrosos en el que viven, es a lo que llaman evolución por adaptación, luego está un tipo de lagartos que no dejan de crecer conformen van comiendo y envejeciendo hasta morir, luego están algunas especies como un tipo de hormiga que se comen a otras especies para que la siguiente generación se nazca con rasgos más fuertes. También están ciertos simios muy pretenciosos en el norte del continente que eviolucionan mentalmente...

Pero de todos los tipos de evoluciones, hay una que realmente es muy peligrosa. Hancock estaba preocupada, pues el simbionte era capaz de evolucionar a través de la gula...básicamente se va volviendo más fuerte de forma indefinida a medida que consume seres con mucha fuerza. La velocidad de la evolución depende de la cantidad o fuerza que estos tengan.

"Las bestias de esta selva tienen una fuerza promedia a la de cinco hombres...si lo multiplico el resultado será relativo...si lo llego a encontrar, será mejor que no me deje golpear...espero que los demás vengan pronto"

El trabajo de Hancock era el de ir a la selva a hacer una expedición sobre el misterioso meteorito que habían estado observando en el centro astrológico.

Hancock confirmó la naturaleza del simbionte sólo con la información que Reika le había proporcionado. No era primera vez que este tipo de organismos llegaban a la tierra y habían muchas muestras en los laboratorios. Ella sabía lo peligroso que podía ser esto, en un principio no quería creerle a Reika, pero lo corroboró al estudiar la sustancia que había en el cráter.

Hancock siguió su camino, totalmente en alerta hasta que un sonido la detiene. Era el sonido de un animal siendo asesinado. De inmediato Hancock se dirige al lugar con mucha cautela mientras saltaba de rama en rama entre los grandes árboles.

- ¡...!

A menos de diez metros, pudo ver a una figura totalmente negra, de unos cinco metros y con brazos muy largos que despedazaba a un jabalí con sus delgados y largos dedos para luego comérselo por completo con su boca que parecía no tener fondo.

El tamaño que tenía el simbionte no le preocupó a Hancock que mantuvo su presencia oculta. Su forma actual posiblemente se debía a que recientemente se comióa una criatura enorme...pero lo que le preocupó era su forma atropomórfica que tenía...

"Los simbiontes difícilmente pueden adoptar una forma de algo que no han comido...¿acaso este ya..."

Lo que a Hancock le preocupaba bastante, es que este haya adquirido la capacidad de pensar como una persona. Si este era el caso entonces se daría cuenta que afuera hay una colosal cantidad de alimento ilimitado que podría consumir para evolucionar.

¡Sniff!...¡Snifff!

"¡Mierda!"

Su forma de mezclarse con el entorno era perfecta, sin embargo, no tomó en cuenta que estaba despidiendo un aroma muy fuerte a tabaco. Un olor totalmente ajeno al olor húmedo de la selva y la sangre.

El simbionte había adquirido la extraordinaria capacidad de olfato de alguna bestia y pudo detectar rápidamente la procedencia de ese nuevo olor, por lo que Hancock rápidamente debía actuar.

El monstruo gigante agarró lo que parecía ser un enorme palo y con sus largas piernas se impulsó como un corredor para salir casi disparado hacia Hancock que no tenía la intención de huír, pero se había alejado un poco de forma prudente.

La bestia negra chocó fuertemente contra los árboles y sus movimientos eran imprecisos, estaba claro que no se había acostumbrado a ese enorme cuerpo.

- ¡Elemental Weather!

"No puedo permitir que sigas evolucionando"

Sin dudar un segundo, Hancock mostró sus cartas dispuesta a terminar esto de la forma más rápida. Detrás de ella aparecieron unas figuras animadas que parecían ilustraciones sacadas de alguna ilustración infantil.

Un sol brillante con una cara muy amistosa, una nube con una gorra multicolor con una cara más tranquila y una especie de contador negro redondo, en la parte superior tenía un par de grandes ojos flotando, su gran boca redonda mostraba un número 30º y era el único que poseía pequeñas extremidades caricaturescas.

Con unos ojos blancos, el simbionte centró su mirada en Hancock que ya estaba preparada y sin más, se abalanzó contra ella que extendió una de sus manos.

¡Protección Menguante!

El garrote chocó con una fuerza abrumadora tal que destrozaría el tronco del árbol más grande y grueso de la selva...sin embargo, lo que resultó ser destrozado por el mismo palo que se partió a la mitad no mucho después de que hubo golpeado la barrera que la aventurera Hancock había levantado. Una barrera que le devolvió el daño multiplicado, pero el simbionte no se quedó sólo mirando como su arma era destruída, de inmediato a gran velocidad trató de golpearla por la espalda, pero la mujer de cabello plateado esquivó su enorme mano con la intención de aplastarle el cráneo sin siquiera verlo, era como si sus instintos estuvieran en otro nivel.

Por mucho que el monstruo la atacara a gran velocidad, ella simplemente los esquivaba con movimientos tan fluídos y sin esfuerzo que al final él se dio por vencido y se distanció un poco.

- Sunny ¿podrías decirme las condiciones del tiempo para este día?

- ¡hahahahaha! ¡Veamos que tenemos ahoraaaAAAhhh! ¡AAshoooo! ¡huaaa! ¡espero que haga un poco de calor! ¡Esta humedad es un poco molesta!

- apresúrate- le dijo Hancock que parecía un poco fastidiada, aunque no era la primera vez.

- ¡Como digas!~

El contador parlachín comenzó a girar sus números a gran velocidad como una ruleta hasta que de golpe se detuvo en el número 15º

¡Prrrrrllll!

- ¡Qué mala suerte! El tiempo para esta tarde se mantendrá nublado y frío con posibilidades de tormentas, recomendamos a los ciudadanos a mantenerse en casa si no tienen nada bueno qué hacer ¡hahahahah!

Todo estaba a favor de la aventurera de rango Oro "S" Merlín Hancock que había puesto en marcha su habilidad que de pronto puso el cielo muy oscuro.

Por medios normales, controlar algo a gran escala como el clima estaría dentro de la categoría de hechizos más allá de lo que podría dominar un mago muy experto. Pero la habilidad de Hancock era algo distinto...y muy único en ella que se montó en su nube parlante para mantenerse a distancia del simbionte que utilizaría su avanzado instinto salvaje para compensar su gran falta de habilidad en esta aparente batalla desigual.


Hancock es una referencia a 2 personajes del shonnen y uno de cuentos. Buena suerte encontrándolos :v

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