Chapter 6

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Dio vuelve a despertar, otra vez escuchando extraños chillidos viniendo de alguna parte.

Era la misma habitación oscura que antes.

- ¿Cómo te sientes? A estas alturas ya deberías estar físicamente listo.

Isbel estaba en un extremo de la habitación mirándolo con una sonrisa irónica. Tenía el mismo vestido largo con el que la conoció.

Hubo un silencio entre ellos aparte de los chillidos, Isbel se mostraba muy tranquila y sus ojos amarillos no se despegaban nunca de Dio que pensaba que estaba encerrado con alguna especie de fiera esperando su momento de deborarlo.

- por cierto, olvidé decirlo. Ten cuidado con los demonios.

- ...¿demonios?

- ¿recuerdas a esa mujer alada que te disparó? Todos los demonios poseen alas negras o blancas. Bueno, si ves a un ángel, la única forma de identificarlo es que ellos poseen alas casi transparentes. Aunque dudo mucho que te vuelvas a encontrar a esa tipa, sobre eso puedes sentirte un poco tranquilo.

Isbel rió silenciosamente.

"¿Acaso...la habrá matado?"

Al tener eso en mente Dio sintió mucho alivio, la persona que había matado a Hitomi...ya no estaba.

¡Gruuugh...Gurgh!

- ¿eh?

Un sonido gurutal comenzaba a escucharse por debajo de la cama en la que estaba Dio que se sobresaltó al ver una mano negra que emergió de la oscuridad para posarla sobre la orilla de su cama. Luego le siguieron otras manos similares que traía consigo los chillidos espeluznantes de antes.

Eran criaturas horribles y de ojos brillantes las que salieron por montones de alguna parte y el piso no tardó en estar repleto de esas criaturas que emanaban un aroma desagrable y nauseabundo, como si estuvieran pudriéndose.

- no te asustes querido, ellos son los perros de Tíndalos, te llevarán a través del anillo singular. En términos normales si lo cruzas solo, la súper gravedad del agujero te va hacer pedazos, así que déjate llevar por ellos, aparte de tocarte y lamerte, no te harán nada si yo no se los ordeno.

- ¿p-pero qué voy hacer una vez esté allá?- preguntaba Dio con un tono asustado que por instinto trataba de evitar a las criaturas que comenzaban a jalarle hacia un hoyo negro que había en el suelo, al lado izquierdo de la cama.

- eso no me corresponde a mí, haz lo que quieras, haz amigos o enemigos, quédate débil y vive como alguien normal o vuélvete lo suficientemente fuerte como para que te devuelva tu corazón. Volverás a tu mundo si lo haces...no es necesario que vayas a la torre.

Isbel le sonreía mostrándole unos afilados dientes que arruinaban su hermosa sonrisa macabra.

Dio forcejeaba sin éxito y mientras se resignaba a ser llevado, miró fijamente a Isbel que se mantenía con los brazos cruzados decirle unas últimas palabras:

- tranquilo, al final de todo esto, pensarás que se trató de un simple mal sueño...

Y la oscuridad engulló por completo a Dio haciéndolo parte de él.

[Oscuro]

Dio no pudo mantenerse consciente al viajar por la singularidad que ella anteriormente le había dicho y cuando despertó.

- ...

Dio no se preguntó en donde estaba ni por qué había sido enviado aquí.

Todo se trataba de aquel juego que Reika descargó. Al menos eso fue lo que Isbel le insinuó ya que la información que ella le daba casi nunca era clara y lo único que le otorgó para que se defendiera fue un anillo muy ordinario.

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