"Esta tonta ¿Por qué se aparece así de la nada a ella? Nunca la he entendido... Siempre que aparece sólo puede significar que algo malo va a suceder...ya estoy comenzando a sentir escalofríos"
Mientras Erika pensaba, un viento muy frío recorrió las alturas en donde estaba.
"Vinshtra...siempre está al lado de Kannon. No sé muy bien cuándo la conocí, es extraño, creo que siempre estuvo ahí...bueno, es lógico que esté aquí, después de todo, Nadeko fue reencarnada por ella"
***
- ¡K-Kannon-sama!
- Heee, creo recordarte que no soy Kannon, pero puedes llamarme como te plazca, heheheeee... aunque a veces me llaman Nyarlathotep, o Lúcifer o Legion o Aboleón o Mefistófeles o Morgath o Belial o Draktar o Fellhelt o El Inicuo o El Saltamundos o Nitrophorma, pero el ser al que tú sirves a menudo me llama Sothoth-Vinshtra. Elige el que más te guste, no me importa si me inventas otro para mí.
Sea por donde se le mire, ella parecía que se había escapado de algún asilo. La locura estaba en sus ojos bien abiertos que casi se salían de sus órbitas. El color de ellos era todo menos natural, una combinación hipnótica que inspiraba total desconfianza y cuya belleza física era bastante extraña. Su volumen si se le ponía atención era cambiante y su estatura era promedio para una chica. Su vestido de una pieza era bastante sencillo, de un color fucsia, escotada, sin mangas y con la falta corta. Sus pies estaban descalzos y a pesar de estar en medio de la peligrosa jungla, absolutamente todo su cuerpo se mostraba intacto, sin un sólo rasguño, ni siquiera en sus pies descalzos que encima estaban limpios, sin una pizca de tierra metida en sus uñas o algo.
Parecía femenino, pero a Nadeko le daba la impresión de que era algo más, un ser que existe mucho antes de que los dioses implementaran la diferencia de géneros. Su presencia era todo menos imponente, era tan insignificante como la de una hormiga, pero cualquiera que la mirara coincidiría lo contrario.
Por débil que parezca, un loco podría sacar fuerzas desconocidas y peligrosas, era muy bien sabido para un otrora doctor como Nadeko y eso la convertía en un ser de la que había que tener cuidado.
Ahora que Nadeko estaba medianamente convencida de que el ser que estaba frente a ella no era Kannon, alzó su mirada para observar mejor a la mujer que hacía extraños estiramientos. Su cuerpo parecía ser tan flexible que quizás podía doblar su columna por cualquier lado sin llegar a rompérsela.
Nadeko se quedó en silencio, aún estaba demasiado conmocionada como para poder hablar correctamente.
Vinshtra la miró fijamente a los ojos con una sonrisa difícil de interpretar, pero para Nadeko significaba un porcentaje de bondad que no sabía muy bien de dónde lo sacaba...pero poco a poco, sus pupilas se iban haciendo cada vez más y más pequeñas, lo cual le causó un horrible escalofrío. No sabía por qué, pero tenía la impresión de que de un momento a otro, ella haría estallar esa locura para abalanzarse sobre ella y acabar con su pequeña existencia.
Pero...
- Bien, suerte...
Diciendo eso, Vinshtra le da la espalda y con indiferencia vuelve por donde vino.
"¿Eh?"
- ¡H-Hey! ¿A qué has venido?- le pregunta Nadeko que finalmente recobra su habla.
- Sólo...quería echarte un vistazo más de cerca...antes de la tragedia huhuhuh.
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando?
- Oh, recuperaste la lengua, bueno, será mejor que disfrutes la sorpresa por ti mismo, oh, ahora eres misma, no importa, no importa. Pase lo que pase, no pienses que yo tuve que ver, sólo soy una espectador y por ser tú, te doy por avisada.
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Necroromancer Online
Fantastik¿Te imaginas a un tipo gordo otaku convirtiéndose en un ser Supremo? Sí, así es...increíble ¿no? Pues esta es la historia de Dio, un joven de preparatoria que a pesar de ser un tipo obeso posee una especie de suerte para conseguir hermosas amigas. N...