Chapter 84

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- ¿El club...de adalíes? ¿piensas buscar a más como nosotros?

- Claro que no- le responde Tokha agitando su mano- sólo los identificaremos para borrarlos de la existencia y si son dóciles como tú, los domesticaré.

"¡Es el diablo!"

- Heh ¿cómo estás tan segura de eso? En cualquier momento podría revelarme contra ti, por muy fuerte que seas no pienso doblegarme.

- ¿En serio?- le pregunta ella con una sonrisa burlona- yo no estaría tan segura y para probártelo, intenta salir de aquí y camina un poco, te aseguro que que volverás a mí corriendo.

Por muy similar que fuera la personalidad de Tokha con Reika o Tori, esta era totalmente diferente.

Preguntándose a qué se refería, Dio salió del aula vacía y comenzó a caminar ligeramente lo más lejos que podía. Él no consideró que estaba fanfarroneando, pero al mismo tiempo dudaba un poco si ella le había hecho algo a su cuerpo, pero...

- ¡¿Ah!?

En cierto punto, Dio sintió un dolor punzante viniendo de su brazo derecho y cuando lo levantó, observó algo horrible. Su brazo estaba encendido en llamas, como si le estuviera afectando la luz solar como al principio.

"¿Q-Qué mierdas está pasando?"

Desconcertado, Dio impulsivamente se regresó y de inmediato Seira emergió de su sombra para atenderlo, a este punto el daño se había detenido junto con el fuego que había dejado en un muy mal estado el brazo del chico que pudo sentir un genuino temor.

- ¿Q-Qué?...¿Pero cómo...?

- Esa maldita mujer...va a morir.

Seira tenía una mirada tan escalofriante que por un instante Dio se preguntó si se trataba de la misma Seira.

En cierta manera le recordó cuando Tori se resintió con Artorias, pero esta situación era totalmente distinta. Una persona estaba haciéndole daño al amo de Seira, como una sirviente tenía la obligación de protegerlo a con su vida y ahora que ella estaba cerca de él envés de Tori, la responsabilidad caía por completo sobre Seira que con la cabeza baja utilizó estuvo por lanzar un hechizo de curación sobre el brazo de su amo que la detuvo.

- Y-Yo lo haré, has gastado demasiada energía- le dice él que trataba de hacer esfuerzos colosales por esconder el dolor horrible que se extendía por todo su cuerpo.

- Pero Di-

- No quiero que vuelvas a hacer nada imprudente por mí, eres en verdad más fuerte que yo, pero esa mujer, aunque estuviéramos los cuatro nos vencería sin pestañear. No estoy siendo negativo, creo que ya sabes muy bien que este lugar está plagado de gente muy fuerte, no debemos destacar, además...no será tan malo estar con Tokha.

- ¡Pero Dio-sama! ¡No puedo tolerar que una persona como ella lo trate de esa manera! ¡simplemente hace que me hierva la sangre!- le dijo ella dirigiendo su rabia a Tokha. Era raro ver a Seira actuar de esa manera tomando en cuenta lo relajada y rarita que era.

- ...Seira, no te has dado cuenta ¿verdad?- le pregunta Dio muy serio- Esa mujer, Tokha...me ha convertido en su sirviente.

- ¿Qué?

Seira lo miró con total incredulidad.

Dio entonces miró su brazo y activó un hechizo que comenzó a regenerar las quemaduras. Su regeneración vampírica aún no resultaba ser muy fiable como la que poseía Tori.

- Si llegaras a matarla ¿qué crees que pasaría, Seira?

- I-Imposible...

En ese momento, la tensión que Seira tenía en su cuerpo disminuyó y su expresión se suavizó logrando así Dio su cometido y suspiró en su interior.

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