Necroromancer Online

Chapter 64

- Hay de trescientos seis, la mayoría débiles...menos tres...su fuerza equivale a Tori, su líder tiene magia, prosiblemente es mayor a la de Dio y mía.

- Bien, entonces ¿qué hacemos?- cuestiona Dio que estaba escondido con las demás destrás de un peñasco, a las cercanías de un fuerte goblin muy bien organizado.

- bueno, esto no se compara a la colonia en la que nos metimos en la otra ocasión, además somos más fuertes y somos más, no habrá problemas. Más adelante harán más, así que deberíamos atacar de frente para probar- sugirió Seira que se mostraba entusiasmada al igual que Tori.

- ¿Dio-sa...esto ¿Puede dejarme luchar contra su líder? Necesito más experiencia en combate contra usuarios mágicos.

- Haz lo que quieras, yo me ocuparé de uno de los grandes, el resto decidan...¿q-qué me dices al respecto, M-Machi?

- ...

- Creo que estará bien, no te preocupes Dio- respondió Reika en lugar de su amiga Machi que trataba de esconderse a sus espaldas con una mirada de pocos amigos. A estas alturas ella ya sabía esconder sus cuernos o de otra forma pensaba que la gente la vería con desprecio. Claro, no sucedía, pero ella lo creyó así por alguna razón.

- ¿Podrá sola?- pregunta Dio señalándola a lo que Machi le pone una cara más aterradora, Reika le sacude el hombro muy relajada.

- No te preocupes, no te preocupes, el trasero de mi chica estará a salvo conmigo.

Machi se mostró desconcertada y algo sonrojada al escuchar eso mientras su cuerpo oscilaba de un lado a otro. En ese pequeño lapso de tiempo, a Seira le brillaron los ojos, no hace falta saber lo que estaba pasando por su cabeza.

- ¡Vamos!

Tori fue la primera en saltar y correr hacia la fortaleza. Esta era la clase de tácticas que a ella le encantaba, simple y efectivo.

- ¡Haaaaa!

Como los muros hechos de madera eran demasiado altos para los resortes que Tori tenía en sus piernas, ella optó por extender sus alas y volar para pasar por encima y dejarse caer sobre los goblins que no tuvieron tiempo siquiera para preparar sus armas.

Uno a uno fueron cayendo bajo las patadas y puñetazos de Tori que ignoraba a la mayoría para adentrarse más en la extensa fortaleza que debía medir al menos un poco más que un pueblo promedio.

- Que escandalosa, como siempre.

Dio le había seguido y sólo vino a empujar la puerta que estaba abierta. No sabía porqué, pero había sido demasiado conveniente, o de otra forma habría tenido que esperar a Seira para que la echara abajo.

No pasó de los diez pasos cuando tres goblins que se había percatado de él se lanzaron desde arriba.

Dio sin mucho esfuerzo agitó su báculo que también servía como arma cortante para partir en dos a los pequeños duendes que vociferaron chillidos de dolor.

Dio no estaba seguro si era él o los enemigos que le tocaban, pero últimamente siempre había estado acabando casi con todos sus oponentes de esta manera. Ya ni siquiera se molestaba en preocuparse por su seguridad...

Porque se había vuelto muy fuerte sin que él se diera cuenta.

Otro goblin de tamaño mediano arremetió contra el chico que rápidamente se acercó a él para agarrarlo de su fea cara.

- ¿Ustedes tienen almas?- le pregunta él ladeando su cabeza con aburrimiento, aunque en el fondo seguía sintiendo repeluz al ver a esta clase de monstruos.