Chapter142

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- ¿En verdad...no te molesta?

La pregunta de Dio hacia Reika se debía al hecho de tener la apariencia de su madre. A pesar de haber pasado dos días, el daño de alguno de los demonios que lo habían atacado tenía un efecto que retrasaba demasiado su regeneración, por lo que su cuerpo principal ahora era casi igual que tener un cuerpo humano. Según Minerva, el efecto duraría setenta y dos horas...aún había tiempo y mientras tanto se mantendría con la apariencia de Eupheria, cosa por la que Dio quería evitar estar cerca de Reika...él temía que ella de pronto le guardara resentimiento por haber profanado la muerte de su madre o algo así.

- No te preocupes, sabía que desde un principio que guardabas el alma de mi madre.

Su reacción no fue nada negativa...¿qué tan tolerante es esta niña?

- ¿Qué? ¿pero cómo?

- Mamá guardaba mucho odio por mi abuelo ¿no? Tomando en cuenta que tu habilidad absorbe almas oscuras automáticamente...es fácil deducirlo...¿pensabas que me molestaría? Claro que no.

Por alguna razón, Dio no podía sentirse aliviado con su respuesta. Reika era demasiado buena con él...¿pero hasta qué punto lo haría?

El grupo tomó otro atajo hasta la salida. Minerva les había facilitado una serie de ítems que guardaba en la casi escasa tesorería de la mazmorra. No eran ítems del otro mundo, pero al menos servirían de apoyo para los sirvientes que no tenían nada. Los objetos constaban más que todo en joyas como pendientes, anillos y collares, algunas eran armaduras que parecían ropas normales o elegantes. Tal es el caso del yukata púrpura que llevaba Rinoa que aumentaba su velocidad y agilidad, más un largo abrigo oscuro (también de un estilo aantiguo japonés) que sólo lo tenía puesto en su espalda, su encantamiento de ítem consistía en aumentar su defensa mágica a distancia, como espadachín le venía como anillo al dedo esta capa. También había recibido una nueva odachi, la que tenía antes ya tenía el filo muy desgastado y había perdido precisión de corte. La que le había obsequiado Minerva X no sólo había sido forjado con un metal muy resistente y ligero, también su filo de forma normal era mucho mejor que cualquier espada que haya tocado y encima tenía un encantamiento que la hacía invulnerable al desgaste. Tanto su empuñadura como su funda era de un elegante púrpura, color que representaba a Rinoa generalmente, al menos eso pensaba Dio ya que el cabello de ella era así también.

Los demás también habían recibido objetos interesantes, pero Dio no pudo conseguir ningún atuendo encantado para hombres...en cambio había un vestido negro con todo su conjunto en un armario especial.

De todos modos ahora tenía la forma de una mujer, sólo era cuestión de acostumbrarse, así que se lo había puesto con la ayuda de Minerva que incluso hasta lo maquilló (ella sí podía tocar cosas) lo cual resultaba muy embarazoso.

El conjunto completo de guantes largos, el vestido, los zapatos que le resultó un infierno poder dominarlos y demás accesorios le daba a Dio cierto plus en sus estadísticas centrándose en su defensa física, lo cual le venía de maravilla para lo que estaba por hacer en los próximos días.

Cuando el grupo hubo llegado, Dio se volteó hacia Minerva que se había quedado en el lindero de la entrada.

- ¿En serio no vienes?

- Mi vida no tendría sentido si no-

- ¡Cállate! Ya lo hemos escuchado miles de veces Minerva ¡¡Vámonos!!- gritó Reika con los brazos muy alzados alentando a Minerva a salir de su zona de comfort de la que no quería salir por capricho.

Por primera vez Minerva mostró una expresión de sentirse acorralada...era una orden dada por uno de sus amos ¿cómo podría negarse? El temor a lanzarse al mundo exterior en donde habían criaturas peligrosas le provocaba un temor demasiado humano para ser un slime. Al fin y al cabo, Minerva sólo era eso, una slime normal que debido a su denso cuerpo no podría sostener batallas como los demás por su lentitud que equivaldría a la de un humano normal con poca resistencia. Si Minerva se calentaba mucho a causa de un ambiente caluroso o por fatiga, la sustancia de la que ella estaba hecha comenzaba a perder consistencia y por lo tanto, su hermosa apariencia de una joven maid se desfiguraba.

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