Chapter 71

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- Soy el jefe goblin de la tribu de las montañas, hasta hace poco. Todo comenzó con una extraña fuerza que nos obligó a abandonar las montañas. Teníamos tanto miedo que no nos quedó de otra...nosotros queremos volver a nuestro hogar y hemos visto la fuerza que ustedes poseen...¡por favor! Quisiera que-

- Nuestro trabajo aquí ha terminado, lo siento, pero no podemos confiar en ustedes- interrumpió Meguri que miraba con recelo a los tres goblins que pusieron caras de desesperación.

- Yo no entiendo nada de lo que están diciendo- dijo Dio con los brazos cruzados ya que no había aprendido el hechizo de auto traducción.

- Básicamente nos está pidiendo que lidiemos con un mal que hay en las montañas- le explica Seira que ponía una cara pensativa.

- Es cierto, nuestro trabajo sólo implicaba el exterminio de los invasores de Cauce Boreal. Nuestro contrato aquí termina...aunque no comprendo muy bien quién mandó a volar aquel edificio- dijo Reika que se mostraba confundida al ver que el gran edificio principal había caído y luego se volteó a ver a Dio y Seira- ¿acaso lo hicieron ustedes?

- Lo hizo Rin- anunció Tifa que descendía en su elegante vuelo.

- Ya lo suponía- dijo Dio que miró a Rin que como siempre estaba mirando distraída hacia la nada.

- Ara ¿fue Liv, no?- le pregunta Seira a la pequeña que sin mirarla asiente.

- Por cierto ¿en dónde chuchas estabas?- le pregunta Dio molesto a Tifa que sólo se ríe silenciosamente.

- Sólo soy una supervisora ¿no? Además, no iba dejar que esas pequeñas aberraciones me pusieran un dedo encima.

- Eres una...

- Por cierto, el tema del que el jefe habla podría salvar el país entero.

- ¿A qué te refieres?

- La razón de la poca producción de cosechas entre unas cuantas cosas...seguramente se deba a que debe haber algún nigromante interfiriendo.

- ¿Nigromante?- pregunta Tori pensativa.

- Suelen haber muchos grupos de ellos que usualmente se aprovechan de pequeños países fértiles para absorber sus recursos y obtener poder. Si no hacemos algo a la larga I-Verall se convertirá en un desierto y no queremos que nuestro querido rey se disguste si dejamos pasar esta oportunidad...¿qué me dices, lí-der?

- Si las cosas son así...andando.

Diciendo esto, Dio se puso en camino y las demás estuvieron de acuerdo y lo siguieron.

- ¡M-Muchas gracias!- exclamó el jefe goblin casi con lágrimas en los ojos a lo que Dio se detuvo en ese instante.

- Ah, es cierto...nuestro trabajo aún no ha terminado del todo, Seira.

- Sí- obedeció Seira que se dio la vuelta para dirigirse hacia los tres goblins que se mostraron temerosos.

- ¿¡P-Por qué!?

- Ara ¿por qué dices? ¿hay alguna razón por la que alguien deba confiar plenamente en un goblin?

- ¡E-Eso no-...

Dio sabía que había un tipo de goblins que eran totalmente honestos ¿pero qué le aseguraba que ellos lo fueran? Era mejor acabar con ese problema de todos modos.

Luego de que Seira se despachara a los tres, Dio se dirigió a Rin.

- ¿Quedan más?

- Alrededor de cuarenta, son niños.

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