Chapter 14

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Horas antes:

Aún era de noche, ya habían pasado casi dos días desde el enfrentamiento contra el golem y ya faltaba muy poco para llegar a Virralfa.

- lo primero que tendrías que hacer es trabajar esos musculos inexistentes que tienes, en serio, estás demasiado flaco...y no se te olvide "comer", también estás muy gordo. Tendremos que trabajar en tu balance si quieres dominar la espada, no es algo fácil, al menor error, adiós Dio-chan- le dice Artorias de forma burlona lo último provocando que Tori lo fulminase con la mirada.

"Pero yo tengo respawn"

Dio se contuvo una sonrisa al pensar en eso, por ahora no tenía miedo de morirse, pero aún así debía ser prudente y usar el anillo lo más prudente posible. Si hubiera sabido más de este mundo antes, no hubiera gastado tontamente esos preciosos seis usos que ya no se podían recuperar. Además, dependiendo de la situación, es muy doloroso morir y Dio no deseaba tener que pasar por esto, con sólo pensarlo se le ponía la piel de gallina.

Por eso en este momento estaba feliz de que Artorias finalmente le enseñara a usar la espada. Después de la batalla él se había tranquilizado un poco...aunque en su interior se sentía un inútil ya que era la segunda vez que otra persona vencía a un enemigo fuerte de la manera más fácil.

La razón por la que Tori no había hecho eso antes...era simplemente porque pensaba como una guerrera honesta. No consideraba que quitándole su fuente de vida así sin más significaría una victoria...ambos no le entendieron muy bien su forma de pensar y de no ser por las órdenes de Dio, tal vez en este momento no estarían reunidos alrededor de una fogata.

- Les enseñaré lo que sé...a ti también aunque no quieras, Guri

- ¿e-eh? ¿yo?

- eres el más débil de nosotros, no pienses que serás protegido siempre y no puedes esconderte en mi sombra como Dio. Además, una vez lleguemos a Virralfa, nos diremos adiós.

- ...

Meguri bajó su cabeza con una expresión complicada. No quería abandonar al grupo porque si lo dejaban solo, no podría sobrevivir, en una ciudad desconocida y con una vida dura, incluso los indigentes no duran mucho y los únicos trabajos en los que aceptaban a casi cualquier persona eran el gremio de luchadores. Pero como el nombre lo dice, tenía que saber algo sobre combate y Meguri que era más un chico hogareño le sería totalmente difícil cambiar su vida sencilla a usar la violencia.

- no pongas esa cara- le dice Artorias que le da un golpe en la espalda que provocó que Meguri dejara escapar un grito- si de algo te sirve, yo también fui un campesino...y mírame ahora.

- ¿eh? ¿fuistes un...

- sí

Meguri abre los ojos de par en par con asombro y admiración hacia Artorias que estaba sentado a su lado.

- un día me dijiste que tenías una buena puntería lanzando piedras ¿verdad?

- s-sí ¿por qué lo dices?

- si no quieres decirnos adiós, tendrás que mejorar ese talento que tienes.

- ¿v-voy a luchar... lanzándo piedras?

- ¿ha? ¡no! Serás un arquero

- p-pero yo nunca...he manejado un arco

- ya lo sé- le dijo Artorias con una mirada molesta y Meguri se intimida y él suspira y vuelve a tranquilizarse- lo mejor será que empieces tirando piedras, también trabaja tu fuerza. Aunque no lo creas, levantar cinco cajas repletas de comida no lo hace cualquiera, eres fuertes y rápido...sólo, te falta confianza. Practicarás con Dio...

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