Chapter 134

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- M-Mamá...¡mamá!...

En cuanto entró, la única ventana que dejaba entrar la luz de la mañana, iluminó la mayor parte de la habitación que estaba inusualmente desordenada. Que fueran pobres no significaba que ellos vivieran sucios y desordenados, su madre les había inculcado eso desde pequeños y ver un desorden así le hizo pensar a Simon que algo grave había pasado. Todo estaba como si una fuerza arrasadora hubiera tirado todo y puesto patas arriba los muebles.

- Mamá...

"¿Qué está pasando?...¿no me digas que..."

En cuanto escuchó la voz de su hermana lamentándose en alguna parte, de inmediato corrió temiendo lo peor.

- ¡A-Ah-...!

En la casa de Simon habían un total de tres habitaciones. La sala principal y dos dormitorios, uno para los padres y el otro para él y su hermana.

Simon se dirigió al cuarto de su madre, pues de ahí procedía la voz asustada de Mero...

Lo que vio fue tan espantoso que su estómago reaccionó y no pudo evitar vomitar antes de que sus lágrimas surgieran.

¡¡Buurghhh!!

La habitación estaba manchada de rojo o más bien, salpicada. El hedor era penetrante, insoportable, nauseabundo, pero lo que estaba sobre la cama le hizo dejar de lado la cuestión del aroma porque era mucho peor de lo que antes haya visto como aventurero.

Una masa de carne carcomida, tan roja que brillaba a la luz del sol que entraba por la ventana. Algunas partes palpitaban como si tuvieran vida, en otras claramente se podía ver los huesos que sobresalían. La piel que una vez la envolvía había sido arrancada por completo y esparcida por todas partes. Sus órganos habían sido deborados casi por completo y lo poco que quedaba se podía ver claramente dentro del gran espacio que causaba repeluz, era como una gallina abierta a la que le han extraído todo y está lista para el consumo, aunque el estado de este cuerpo era mucho peor, tanto que ni siquiera se podría juzgar si alguna vez fue un humano. Lo único que lo podría identificar como tal era la la mitad de cabeza que colgaba de la espina dorsal desde el borde de la cama y la otra mitad superior sobre el suelo notándose a simple vista, como un huevo partido cuya yema equivaldría a la masa encefálica, desperdigada en pedazos por el suelo.

Él quería gritar, sabía perfectamente quién era la persona que estaba delante suyo destrozada, por más que quería negarlo.

Una sopa de emociones se alzaron en estado de embullición, indecisas en cuál de ellas explotar o de lo contrario se hudiría en la locura.

La mujer que le había dado la vida, a quién más amaba junto con su hermana, había dejado de existir de la manera más horrible.

- M-Mamá...

Y en la esquina más oscura de la habitación, estaba Mero, con sus ojos casi desorbitados, con sus labios tambaleándose y su boca, inquietantemente embarrada de rojo hasta su vestido blanco sencillo, rasgado por todas partes.

Ella se aferraba fuertemente con ambos brazos, hiriéndose a sí misma con sus uñas. No parecía importarle, o más bien no lo sentía. Lo único que tenía en su mente era un tormento inimaginable que difícilmente se arrancaría de su mente. Ya ni siquiera parecía ser ella misma...su cordura estaba destrozada y ya nada podía remediarlo...

Pero Simon hizo esfuerzos colosales por mantener la compostura, lo debía hacer por su hermana que al darse cuenta de la presencia de Simon, se sobresaltó dramáticamente, pero de inmediato se relajó sin dejar de tener una expresión demencial. El shock que había recibido fue tal que Mero, con lágrimas acariciando sus demacradas mejillas, se dirigió a su hermano, ahora con una inquietante calma...

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