Chapter 114

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Inmediatamente, el enemigo cambió para las sirvientes de Dio.

Raiko en si estallido de ira pudo controlar sus tres bolas negras al mismo tiempo para atacarlo, Lisboa regresó de donde estaba escondida y Ceres se había quedado casi en shock por lo que no pudo hacer nada.

- ¡¡Maldito!!

Las intenciones de ellas eran claras, matar a ése chico que había empujado a su amo que desapareció. Sus rabias automáticamente hicieron que olvidaran que había un enemigo común con el que estaban luchando y ahora estaba libre.

- ¡¡TONTAS! ¡Deténgan-...

Rinoa, la sirviente que había estado sobrevolando la isla para detectar a la criatura, había aparecido, sólo para observar cómo sus hermanas en su acciones insensatas fueron oportunamente capturadas por el enemigo con un movimiento tan rápido que no tendrían oportunidad de reaccionar.

Rinoa se sintió profundamente molesta por eso, sobretodo con Lisboa que fue otra estúpida que desobedeció a su amo por seguir sus emociones.

De nada servía ser lo bastante poderoso si al final eran tragados por esa cosa de esas maneras tan estúpidas. Ahora tan sólo quedaban Machi, Ceres y Sebas allá abajo de la cual, sólo el último tenía más posibilidades de no ser tragado en los siguientes minutos.

Rinoa guardó ese resentimiento con todas sus fuerzas, ahora que sólo quedaban pocas, las posibilidades se reducían a niveles alarmantes.

¿Cómo podría Rinoa manejar esto?

Era cierto que Dio le había ordenado no entrar en batalla, pero ahora que su hermana Raiko no estaba y Ceres estaba alterada no le quedaba de otra, luego se disculparía, por ahora sólo quedaba tratar de colaborar con Ceres y Machi que de manera inteligente habían salido corriendo en distintas direcciones, Sebas en cambio se quedó para luchar, al ser de noche el aumento de poder era considerable, al ser un Ángel Caído las ventajas eran dobles, ya que él recibía bonos de poder en cualquier hora, tanto en el día como el la noche.

- ¡Morirás!

El chico declaró al monstruo que se echó a reír con esa enorme boca plagada de dientes puntiagudos.

Tenía demasiadas razones para estar tan confiado, incluso se hizo más grande para intimidar a Sebas que se mostraba inmutable.

"No puedo desperdiciar esta oportunidad"

Decidida, Rinoa se dispuso a entrar en batalla alistando su odachi y descendió rápidamente.

- ¡Rinoa!

Pero a mitad de descenso escuchó una voz bastante familiar en algún lugar. Rinoa no tardó en detectar en la oscuridad a la hermana mayor, Tori que tenía una inusual expresión seria.

- ¡Ven aquí!

Mientras Rinoa cambiaba de dirección para ir hacia su hermana, Sebas encendió su cuerpo en flamas azules.

Para dominar esta habilidad particular de fuego se requiere de mucho esfuerzo y dolor, pero para Sebas que tenía resistencia elemental no le fue tan mal.

¡Flame Punch!

Sebas preparó su puño y lo hizo volar hacia su objetivo, él sabía muy bien que al contacto con su piel había altas posibilidades de ser tragado, por lo que había utilizado una especie de escudo
que envolvió su cuerpo.

Ahora podía golpear sin preocuparse de tener contacto directo con su piel viscosa.

- ¡Haaaa!

Su puño tuvo incluso mucho más impacto que con su pelea contra Dio, tanto que el simbionte salió disparado a causa de la gran fuerza ejercida. No era un poder que él se esperaba, pero el daño físico y daño físico mágico apenas fue notorio ya que su cuerpo lo absorbía.

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