Chapter 12

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Bueno, lo que pensó fue sólo de la boca para afuera, ya que en el interior sabía muy bien que sus posibilidades eran escasas ante un oponente enorme y con un gran poder destructivo.

- ¿por qué hay un golem en este lugar? Pensé que los brujos habían dejado este país antes de que fueran asesinados

- e-escuché que había uno merodeando las llanuras, p-por esta zona siempre se pierde gente y nadie sabe por qué, por eso todos evitan este lugar- le dijo Meguri que estaba siendo cargada como un equipaje por Artorias que se mostró molesto.

- ¿qué? ¿por qué me lo dices ahora?

- t-traté de decírtelo, pero te mirabas molesto que...

- ¿ah?... lo siento- suspira Artorias- encontraré la forma de encargarme de esto de todos modos ¿puedes huir lejos de aquí?

- pero...

- ¡vamos!

Artorias se posicionó lejos del golem, lo suficiente como para que tuviera del tiempo de lanzar el cuerpo de Meguri lejos con su gran fuerza física. No se podía preocupar de su caída ya que la grama era muy suave, aunque lo menos que podía hacerse era romperse un brazo o algo si no caía bien.

De todos modos, ahora se sentía en total libertad y podía pensar con la cabeza fría cuáles serían sus próximos movimientos. Tori aún andaba allá montada sobre el golem que ni siquiera se había percatado de su presencia...tal parece que es un golem sordo, ni tiene sentido del tacto. Sólo tiene una amplia visión que le permite detectar a Artorias al instante. Claro, no podía ver a Tori ya que sería imposible para él ver su propio hombro, pues tampoco tiene la capacidad de mover su cabeza ya que no tiene cuello.

Si Tori decidiera colaborar con él, entonces las cosas serían más fáciles tomando en cuenta que ella se basa en recibir daño de frente y Artorias puede atacar desde otro lado. Pero esa mujer es demasiado despectiva con él que descartó esa idea brillante, además, esa condenada ni siquiera tenía la intención de hacerle algo a ese golem ¡se estaba divirtiendo joder!

- ¡Tori! ¿hasta cuándo piensas hacerte la tonta?

- ehhh~ ¿pero qué debo hacer, Dio-sama?~ no soy tan fuerte de día y este gigante es no es tan peligroso como piensa

- ¿¡que no es peligroso!? ¡está intentando matar a Artorias!

- oh ¿a esa pequeña hormiga? Ni siquiera lo había notado~

- esa persona es mi trampolín para volverme fuerte...si algo le pasa a él...¿qué debería hacerte a ti para compensarlo?

Tori mostró una expresión nerviosa en ese momento. Era su amo, y aunque quisiera, no podía llevarle la contraria porque era un ser que no tenía la capacidad de tomar decisiones propias. En otras palabras, era una especie de ser programado para obedecer y ser absolutamente leal.

Pero aunque le obedeciera...no tenía ni idea de cómo vencer el golem que no paraba de moverse de un lado a otro abriendo hoyos.

- p-pero Dio-sama ¡no sé qué haceeer!~

¡Haaa!

En ese momento, Artorias intentó probar suerte golpeando en un costado del golem que ni siquiera recibió un rasguño, pero se inclinó ligeramente ante la fuerza imponente.

Dio observó atentamente esta acción y las demás que continuarían...

Estos dos sólo necesitaban un empujón, no era necesario que trabajaran en equipo, sólo debía ordenarle a Tori la idea que acababa de tener y esperaba que Artorias lo captara y le siguiera el juego.

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