Varias semanas después:
Desde la ventana de su recámara, Eldawyn miraba un grupo de jinetes entrando a los territorios del palacio, ella entrecerró sus ojos como si quisiera afinar su vista. Eran catorce exactamente, vestidos con armaduras ligeras de colores marrones y cada uno tenía en sus espaldas armas a distancia, pero unos dos que tres envés de eso llevaban mandobles. Todos llevaban capas de igual color con capuchas, parecían uniformados, aunque si se miraba bien, los diseños variaban en la mayoría de ellos.
Todos eran hombres, a juzgar por la forma de sus cuerpos ella supuso que todos eran adultos. Uno de ellos al llegar a la entrada se apeó de su caballo rojizo y habló con el ministro de asuntos generales. Claro, Eldawyn no podía oírlos porque estaba a más de treinta metros y tampoco es que le interesara realmente, incluso ya sabía quienes eran esos hombres y sabía que vendrían.
A sus avanzados treinta y cinco años, aunque a cualquiera le parezca increíble, la princesa Eldawyn todavía se mantenía soltera... y no porque jamás aparecía un buen partido o ella no quería simplemente, a pesar de las constantes exigencias de los nobles y la de su padre, ella simplemente no podía ceder. Desde que su hermano había muerto y su padre poco a poco iba decayendo en su estado de salud, ella de forma no oficial adoptaba el rol de una reina ocupándose de diversos asuntos que la mantenían atareada la mayor parte del tiempo...y últimamente se estaba poniendo peor.
Kondor ya estaba en la edad en la que debía ceder el trono, pero tras la muerte de su querido heredero, parecía que en estos casi once años había envejecido el doble. Su otro heredero era apenas un niño de diez que apenas y sabía blandir una espada de madera, Altair a esa edad ya luchaba de igual a igual con muchos de los caballeros de élite.
Ahora sólo quedaba Eldawyn y los nobles sabiendo esto, no descansarían en lloverle las propuestas de matrimonio que rechazaba rotundamente...parecían perros peleándose por un hueso que era la corona, Eldawyn era sólo un medio, y ella lo sabía bastante bien.
Por lo que para arreglar ese problema, la princesa un día dijo:
"- ¡Aquel hombre que logre derrotarme, será mi esposo!"
Todos sabían que eso era casi imposible, ya que Eldawyn era demasiado habilidosa en el manejo de armas y su manera de luchar simplemente era brutal. Todos saben que nadie sale ileso después de luchar contra ella, si tienes suerte sólo tendrás una lesión grave temporal.
A pesar de esto, muchos fueron los que la enfrentaron. Una vez a la semana, desde la salida del sol hasta el mediodía ella iba a la arena a esperar retadores que siempre acababan muertos o con lesiones de por vida. Cualquier persona, sin importar si era o no una persona importante, Eldawyn estaba dispuesta a entregarse a cualquiera que la venciera en 1 vs 1.
Era cierto que el atractivo de la princesa no era su fuerte y al contrario que un hombre, a ninguno le parecía hermoso que una mujer fuera más fuerte que un hombre. Por lo que la atención de todos se centraba en la posición que ésta tenía como princesa de I-Verall, sobretodo después de que su hermano muriera, ya que ahora cualquiera que se casara con ella se convertiría en el próximo rey... Por un lado, Eldawyn deseaba que su pequeño hermano creciera rápido, en el fondo no quería que alguien ajeno a la familia real tomara el preciado trono que durante generaciones sólo fue ocupado exclusivamente por los hombres de la familia Rilconde. Esa era la razón por la que en los últimos diez años se esforzó por volverse demasiado fuerte, mucho más de lo que ya era con el objetivo de espantar a todos sus pretendientes.
- princesa, los "Cazadores" se han reunido, su padre desea que esté presente.
Un chico muy joven había entrado a la recámara de su señora para avisarle sobre la evidente llegada de los hombres que estaba viendo.
ESTÁS LEYENDO
Necroromancer Online
Fantasy¿Te imaginas a un tipo gordo otaku convirtiéndose en un ser Supremo? Sí, así es...increíble ¿no? Pues esta es la historia de Dio, un joven de preparatoria que a pesar de ser un tipo obeso posee una especie de suerte para conseguir hermosas amigas. N...