¿Te imaginas a un tipo gordo otaku convirtiéndose en un ser Supremo?
Sí, así es...increíble ¿no?
Pues esta es la historia de Dio, un joven de preparatoria que a pesar de ser un tipo obeso posee una especie de suerte para conseguir hermosas amigas.
N...
Bueno, ya falta menos de un mes para cumplir el año con Necroromancer (Exactamente cumple el 27 de agosto desde el primer capítulo). Sinceramente tengo muy poco tiempo, pero me tomé el día para hacer este mapa que ya hacía falta (Me maté un poco aprendiendo photoshop xD) . Esto tan sólo marca las principales ubicaciones de mi mundo con sus respectivas divisiones. Tal vez cuando tenga más tiempo le haga montañas y todo eso.
Bueno ¿Qué opinan? Este mundo ha estado en mi mente desde hace como cinco años y ha estado evolucionando hasta ahora (Tal vez incluso lo modifique en libros futuros por lo que no es definitivo). Al principio sólo existía Seradorh, fue el primer continente que creé y era todo mi mundo en una saga que escribí hace años, ahora es un país muy grande (Su país vecino, Seriredín era parte del anterior, ahora es un país) Luego incorporé Silderydia para otro libro. En cuanto al gigantesco bosque Adhër, siempre ha existido (Y el continente Virgen de al lado también es parte de él).
Hay que recalcar que mi mundo es un poco más grande que la tierra, por ejemplo, el bosque ya mencionado mide alrededor de 14 millones km², lo que equivaldría a una Antártida verde.
Bueno, los dejaré con la imagen y más abajo el capítulo de hoy.
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Dio y compañía, gracias a que Rinoa había suplantado a la primera princesa podía vivir por ahora en la habitación de ella el cual era Rimomir Zek Herelia. Rinoa había ordenado a la guardia real que por ningún motivo se acercara a los alrededores de su habitación o de lo contrario los ejecutaría ella misma. Había puesto como excusa que quería estar sola.
Días antes de la muerte de las tres princesas, Rinoa había estando realizando una investigación y la más favorable para sus intenciones había sido la misma Rimomir que se distinguía entre sus hermanas como la más caprichosa y prepotente. Nadie se extrañaría que de pronto ella no quisiera ver a nadie con amenazas, por lo que Dio tranquilamente podía estar ahí sin ser descubiertos, además, tenía a Rin que tenía total control sobre cada movimiento que se hiciera en el palacio y Minerva en el exterior con sus veintiséis clones, monitoreaba la ciudad.
- Rin parece feliz- dijo Rinoa que sonreía al ver a su hermana mayor siendo acariciada en su cabello por su amo que se sentía demasiado culpable por haberla maltratado antes. En este momento estaba cumpliendo sus caprichos como compensación y ahora se encontraba recostada en el regazo de Dio que tranquilamente le acariciaba la cabeza...algo que a Rin le encantaba demasiado, pues le producía una sensación placentera y relajante que sólo algunos pueden entender.
Dio en realidad prefería la apariencia de Rin siendo adulta ya que era la que tenía los pechos más grandes entre todas las sirvientes. Pero de nada serviría y se sentiría mal si se le ocurría tocarla con intenciones perversas ya que a pesar de ser una sucubo, no tiene capacidad para sentir placer sexual...Tori era igual pero es otro cuento, ella sí que es profanable.
- ¿Qué hay de Milmunir? Por mucho que lo pienso, creo que para llevarte la contraria se unirá a Sebas en la prisión.
- Lo sé- le responde él despreocupado- de una u otra forma ella acabará siendo mía, de hecho, ella solita vendrá a nuestro bando...ya sabes a lo que me refiero ¿no?
