Chapter 40

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Todos se habían confiado demasiado, el bosque alrededor se percibía tan normal que habían avanzado casi a ciegas hacia el templo.

Algo que era capaz de burlar el amplio campo de percepción de Rinley y las agudas visiones vampíricas de Dio y Tori no podía ser algo normal.

La mujer de cabello plateado estaba ahí sentada a poco más de cuatro metros, mirándolos con sus casi entrecerrados ojos azules.

Aún si ella estaba ahí, no podían sentirla, era algo que no se podía explicar.

- ...esto es malo

Dio no deseó haber oído eso proviniendo de los labios de Seira que sacaba diversión hasta de las cosas peligrosas....pero claramente había un límite para todo, hasta para ella que daba señales de querer retroceder, pero no lo hacía por proteger a Dio que ahora estaba más vulnerable que hace un día. Aunque su fuerza y resistencia habían bajado considerablemente debido a su cambió súbito de estatura, su habilidad para la magia de fuego aún se mantenía intacta, pues él era lo que Reika había denominado como un "Mago Rojo" cuyas habilidades se centraban tanto en ataque mágico a distancia como daño mágico físico y daño físico. Puede sonar una clase muy rota, pero la verdad es que el proceso era demasiado lento, aprender destrucción era una magia que no era apto para personas impacientes, la magia más poderosa conlleva mucho trabajo y esfuerzo dejando de lado el talento...suponiendo que esa tipa que estaba ahí enfrente sabía usar destrucción, la comparación entre Reika y Rinley con ella sería abismal...podían sentirlo en la piel.

- hmmm...

Aunque parecía dar el mismo aire en blanco que Rinley, ella más que ser otra "robot", parecía ser una mujer inexpresiva muy cansada.

- ...ni se te ocurra, Tori- le dijo Dio que miró de reojo a Tori para luego darse cuenta de algo que lo dejó todavía más preocupado...la valiente Tori tenía un pie hacia atrás, como si insconscientemente quisiera huír también, incluso pudo escuchar que ella y Reika tragaron saliva.

El silencio fue tan incómodo para la mujer que no tuvo de otra que ponerse en pie, y con una leve y casi imperceptible sonrisa...

- ¡...!

- ¡gh!...

La respiración de todos se les interrumpió abruptamente y sus cuerpos bajaron a temperaturas escalofriantes...

Las aves que se escondían entre los frondosos árboles de alrededor emergieron por montones despavoridos, como si estuvieran huyendo antes de una catástrofe.

- a-a...a...

Reika trató de hablar, pero las palabras se le quedaron atoradas en su garganta...tenía el cuerpo tan tenso que ni siquiera pudo temblar. Incluso Meguri tenía una expresión de pánico y de su cara derramaba hileras de sudor fríos, al igual que Dio que quería caerse sobre sus piernas, las demás sólo aparentaban una conmoción indescriptible en sus ojos, a sus maneras.

Una sensación tan penetrante y abrumadora que se manifestó en los cinco como un miedo colectivo elevadísimo.

"¿¡Qué demonios es esto!?...p-por alguna razón...¡no quiero estar aquí!...¡tengo miedo! ¡tengo miedo!"

Dio lo podía admitir sin duda alguna, lo que sentía era eso...miedo, un miedo que jamás en su vida había sentido, en ese momento agradeció no haber tenido un corazón, o de lo contrario habría gastado otro uso de su anillo.

Aparentemente no había nada alrededor de la mujer que caminaba tranquilamente hacia ellos, pero el "miedo" que provocaba de alguna manera, los dejó completamente fuera de combate antes de que siquiera consideraran el querer luchar.

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