Chapter 178

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- ¿En serio vas a entrenarme, Hitomi?

- Claro~ siempre tuve la intención de hacerlo, después de todo, eres el único al que yo le enseñaría.

Hitomi parecía muy entusiasmada, no era de extrañarse para nada. Las intenciones y los sentimientos de ella se podían leer a simple vista. Mientras Dio la observaba, podía notar que a pesar de tener quince años, su cuerpo no se diferenciaba mucho de la Hitomi de dieciocho años, tal vez era un poco más baja y sus pechos no habían alcanzado el tamaño con el que todos fantaseaban en preparatoria. Pero definitivamente, no había cambiado nada en cuanto a su personalidad, dejando de lado esa faceta que hace poco había mostrado...

- Se parece a la Hitomi que amo.

- ¿Eh?

- ¡Ah!

"¡Mierda, pensé en voz alta! Además ¿Por qué dije esto?"

De pronto sintió un calor en su pecho tras decir eso, algo que no debería ocurrir por obvias razones. Él estaba tan desconcertado que ni siquiera se dio cuenta que Hitomi estaba balbuceando algo en voz baja y rápidamente, ella iba adelante por lo que no podía notar sus labios moviéndose y su cara sonrojada.

Lo que trajo de vuelta a Dio fue una figura muy familiar que había aparecido por el camino adyacente de donde venían. Dio sintió que su pecho le dolía, pero lo ignoró al ver que la chica que casualmente pasaba frente a ellos era Milmunir que se sobresaltó al notar a su creador, al cual despreciaba. Ella no ocultó su desagrado y los pelos parados de sus orejas y cola lo demostraron.

- Vaya- le dice Dio que le dirigió una inusual sonrisa amable- me alegro ver que estás muy bien

- ¡¿Y-Y tú por qué te alegras por mí?! ¡Mejor muér-...

Ella se tragó sus palabras al sentir una amenaza que provenía al lado de él.

- Oh ¿Así que tú eres la primera sirviente de Dio que desea acabar con su vida? Un ser que se comporta de esa mmanera tan ingrata...no merece seguir viviendo.

El hecho de que todo lo que decía Hitomi lo hacía con una sonrisa gentil la hacía mucho más aterradora y los agudos instintos de Milmunir le decían casi a gritos que no debía meterse con ella. Su cola no pudo evitar manifestar su temor, pero el rostro de Milmunir se mantenía firme.

- ¿Q-Qué tiene querer ser libre?

- Nada de malo, pero tú...no quieres ser libre.

- ¿Qué?

"¿Ella también? ¿Por qué?"

Milmunir no tenía idea del por qué de pronto Seira y ahora Hitomi le decían cosas similares, lo que ella deseaba era todo lo contrario y lo peor de todo es que ni siquiera conocía a esta chica que viene y se lo dice a la primera.

- Bueno, es algo que no nos importa, puedes hacer lo que quieras. Pero si intentas hacerle algo a Dio, me encargaré de que tengas la peor pesadilla que no se te venga a la mente.

Era un poco incómodo para Dio que tuviera que ser protegido ¿Acaso no debería ser lo contrario? De todos modos, Milmunir no tuvo de otra que largarse. En su forma normal era la chica con mayor estadística defensiva, incluso más que Seira y también su daño ofensivo era brutal debido a su raza. Por así decirlo, Milmunir tenía casi el mismo rol que Tori como offtank con la diferencia de que una era un vampiro y la otra un hombre lobo. Aún si sus características le permitían poder luchar decentemente contra Hitomi, Milmunir no se atrevió a averigüar sobre el alcance de poder de ella.

Dio todavía no conocía cuáles eran las características mágicas de Hitomi, pero hasta donde había visto, supo que podía incluso luchar cuerpo a cuerpo y que era tan rápida que era casi imposible seguirle con la vista.

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