- ¿De dónde salieron esas bestias?
Eldawyn estaba desconcertada, todo alrededor de Virralfa era campo abierto, no había nada que se les escapara de la vista y sin embargo, cientos de bestias que no deberían andar por estos lugares aparecieron prácticamente de la nada, atropellando a cualquier soldado que tuvieran enfrente o deborarlos en el acto.
- ¿Acaso...es magia?
Era la explicación más lógica que se le ocurrió en el momento, y nadie presente refutó la idea de la princesa que se mostró preocupada. Quería ir y ayudar a Artorias, pero no podía, mas bien no debía. No hasta que la figura más fuerte del ejército enemigo se hiciera presente.
Ante el desconcierto y el dolor agudo en su abdomen causado por la flecha encantada con penetración mágica. Por suerte la herida no era profunda, pero el desangrado no se detenía, no se notaba a simple vista porque el color de la sangre se camuflaba casi perfectamente con su armadura.
El dolor era tan intenso que provocó que el chico se encorvara bastante, no era un dolor de lo que él estaba acostumbrado, hasta ahora no pasaba de los golpes, raspones y pequeñas heridas. Precisamente por esta clase de cosas él odiaba tomarse en serio las peleas y huía ante esta clase de situaciones.
Él estaba tan distraído que una enorme bestia con apariencia de búfalo lo atropelló tan fuerte que salió volando.
"¿C-Cómo acabé de esta manera?...usar esta armadura es vergonzoso...pero es más vergonzoso que dos mujeres me vean de esta manera tan miserable"
Artorias siempre trataba de actuar de manera impecable ante las mujeres. Haber sido golpeado de esta manera fue como un baldazo de agua que lo obligó a detenerse aferrándose con fuerza sobre la tierra, las garras de sus guanteletes rojos ayudó mucho y de inmediato se incorporó para agarrar su odachi que la había dejado soltar.
- oye ¿quieres que te eche una mano? Lo digo literalmente, sé un hechizo de curación- le dijo Renka que en el fondo se preocupó por él luego de ver ese golpe que hasta a ella le dolió.
- mejor preocúpate por ti misma quieres, ya me han hecho enojar estos desgraciados.
Su voz sonaba muy adolorida, la sangre que trataba de retener en su boca no podría disimularla por siempre y terminó por escupirla. Era una suerte que la mayor parte del impacto había sido absorbido por esta armadura que él había tachado de ridícula y se sentía mal al tener la sensación de que debía de agradecérselo.
Renka por su parte ya se había bajado del caballo que fue destrozado hace unos segundos por unos wargos más grandes de lo normal. Ella poseía una habilidad llamada "Evasión" que le permitía evitar casi cualquier golpe dirigido a ella o le daba un bono de agilidad para que ella misma los esquivara como ahora.
El sonido era estruendoso y los gritos desgarradores de los soldados siendo aplastados o deborados era tan inquietante que muchos soldados en las torres decidieron apartar la vista mejor.
¿Qué estaba pasando?
Los dos ejércitos estaban desconcertados y mucho más cuando los ojos de todos se toparon con una súbita oleada de goblins de pieles negras que venían desde atrás.
Las bestias luego de arrasar con la gran mayoría a excepción de Artorias, Renka y parte de los magos que atacaron al primero, sorpresivamente no siguieron su camino hacia el oeste. Estos se desviaron y comenzaron a golpear las enormes puertas de la ciudad con mucha violencia.
- ¿es en serio? Hay alguien controlándolos seguro- comentó Renka al ver el comportamiento de las bestias que no dejaban de golpear, sobretodo los animales más fuertes y pesados.
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Necroromancer Online
Fantasy¿Te imaginas a un tipo gordo otaku convirtiéndose en un ser Supremo? Sí, así es...increíble ¿no? Pues esta es la historia de Dio, un joven de preparatoria que a pesar de ser un tipo obeso posee una especie de suerte para conseguir hermosas amigas. N...