Chapter 141

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Dio cayó en el momento. Hasta la fecha él había descubierto que cambiando de apariencia podía "curar" sus heridas. Era como engañar al cuerpo, pero lo que no sabía hasta ahora era que el agotamiento por falta de sangre en su cuerpo le afectaría como no tuvo idea.

- ¡Dio-sama!

Tori fue la más rápida en sostenerlo y al darse cuenta que lo que él necesitaba era alimentarse, no dudó en ofrecerle su cuerpo rasgando su ropa en la parte de su hombro y su amo, sin nada qué decir, débilmente se acercó y clavó sus dientes en Tori.

- Me sorprende que él haya podido mantenerse contra siete, de todos modos entraba en lo previsto. Si Dio-sama y sus sivientes desean recuperar energías, les daré la sangre o carne que necesiten. Todo está a su entera disposición.

Todos miraron con cierto recelo a Minerva que hablaba de una manera como si estuviera diciendo sus palabras de memoria.

Ella parecía ser la única chica humana a primera vista y con una estatura baja. Pero la escena de hace poco en su forma gelatinosa les había inquietado bastante. Ahora que sabían que los moradores de la dungeon eran desleales, no había ninguna garantía de que Minerva no lo fuera, seguramente estaba cagada de miedo y prefería mantenerse dócil y esperar el momento oportuno para sacar sus garras. Al menos eso pensaron la mayoría. Ninguno se iba a extrañar en el futuro (en caso de que Dio la aceptara) si Minerva los traicionara. Aún no sabían cuáles eran sus poderes, pero era fácil adivinar que se trataba de un slime, una criatura muy peligrosa y muy difícil de eliminar hasta cierto nivel. Sus habilidades como raza era ser invulnerable a los golpes, cortes y también a los venenos de cualquier tipo. Pero se sabe que su debilidad a la magia era su mayor desbalance, sobretodo con el fuego de grado cuatro en adelante. Pero al igual que Kim (*¿Lo recuerdan?) su debilidad podía ser compensada por la facilidad que ellos tienen para aprender magia de soporte enfocada en potenciación. Esa era la razón por la que un slime era difícil de matar a menos que se estuviera muy bien preparado.

También estaba la cuestión de habilidades de rasgo y habilidad especial que podría ser un verdadero problema no saberlo. Por suerte los oponentes anteriores no lo poseían.

- ¿Cómo sé que esa comida no puede estar manipulada con algo sospechoso?- le pregunta Rinoa que no bajó su guardia. Pero Minerva rápidamente le respondió...

- Bueno, me gustaría probar la comida por ustedes, pero por desgracia soy inmune al veneno ¿hay alguno de ustedes que también lo sea?

- Lo haré- dijo Rinoa que no quería caer en la psicología inversa. Lo que Minerva tal vez deseaba era darles confianza para que ellos decidieran no probarlo, pero Rinoa no era una mujer amable con desconocidos. Aunque Rinoa también era inmune a los venenos, podía detectar si había alguno ya que su lengua era muy sensible y era la única que podría recordar sabores e indentificarlos incluso si un platillo tenía cien ingredientes...pero ahora sólo tenía que probar carne cruda, algo que a una mujer con gustos tan sotisficados como Rinoa no podría probar...pero debía hacerlo por su amo y sus hermanos.

Minerva entonces miró detrás de sus redondos lentes de forma neutral a Rinoa y entonces extendió su mano hacia su derecha.

- Por favor, síganme.

Minerva entonces los llevó por una salida lateral muy pequeña en comparación a la sala del trono. Ésta medía por los menos unos dos metros y medio por uno y medio de ancho. Sólo monstruos de un tamaño igual o menor a estas dimensiones podrían pasar por ella, pero monstruos con apariencia humana como Minerva y los sirvientes de Dio pudieron cruzar incluso de dos en dos.

- Minerva ¿no? ¿sabes en dónde está Milmunir?- le pregunta Dio que comenzaba a recuperar sus fuerzas y lentamente se puso en pie (Tori lo llevaba a cuestas).

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