Chapter 82

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- ¿Te gusta? No me costó mucho hacerla, después de un tiempo las cosas se hacen más fáciles heheh~...¡es para ti...papá!

En una habitación en donde la luz apenas entraba debido a las persianas, una chica hablaba aparentemente sola mientras fabricaba una elaborada flor de papel con muchos colores. Era una pieza de origami que se podía voltear apretándola desde el centro. La experiencia visual en el proceso era increíble y ella había aprendido a hacerlas a la perfección luego de muchas fallas.

Se lo estaba ofreciendo a una silueta que estaba sentada en una silla que había en la esquina más oscura de la habitación. Era la única silla que había en el lugar y los demás era un vacío que ninguna persona debería tener si estuviera viviendo ahí. Además de este mueble tan sólo estaba un colchón en la otra habitación y un pequeño armario en donde guardaba su ropa, también había una cocina, pero el mobiliario ya estaba ahí, como en todos los apartamentos para una persona. Aparte de eso, el piso y las paredes aún se mostraban como la primera vez que ella llegó a vivir ahí, que fue hace dos años y comenzaba su tercer año en primer año de segundo grado.

- ¿Aún te acuerdas de lo que siempre me decías?...siempre soñabas con ser un héroe, todos te admiraban y yo estaba orgullosa de ti, a pesar que nuestros estómagos nos torturaban, éramos felices...pero ahora que tengo lo que todos hemos estado deseando, no soy feliz...es irónico...si tan sólo estuvieras aquí, papá.

- ¿Así que siempre estabas consciente de que tu padre ya no está contigo?...y yo preocupándome todo este tiempo.

Una voz se escucha en la oscuridad de la habitación contigua y como si fuese un sistema de defensa, la chica de inmediato hizo un sonido metálico y se lanzó hacia la silueta que se acercaba a ella.

Pero el cuchillo de cocina que ella sostenía se le escapó de la mano luego de que su contraria le golpeara en la muñeca y luego se apartara para que ella se por el propio peso de su impulso de cayera al suelo.

- ¡No ataques a cualquiera de esa manera! ¿cuántas veces tengo que decírtelo? Y abre las cortinas, por eso estas tan pálida.

- Lo siento, pensé que eras un extraño Reine.

- ¡Te he dicho que me digas maestra o profesora!

Con un tono regañadiento, la maestra Reine se dirige a la ventana del dormitorio y apartó las cortinas dejando entrar una luz que hizo que Hitomi cerrara los ojos por un momento. La iluminación no era tan clara debido a que la habitación estaba situada al lado contrario de donde pega el sol por las tardes, pero para un topo como ella era como si estuviera mirando directamente al sol.

- Así se ve mejor...mas o menos- dijo ella que perdió sus ánimos al ver la monótona habitación de Hitomi que aún estaba en el suelo, mostrándole a Reine una sonrisa infantil como siempre suele hacer. La maestra sólo se limita a mirarla sin decirle nada por un momento.

- ¿Quieres cenar?- le pregunta Reine cruzándose de brazos.

- ¡Sí! ¡Quiero pollo frito~!

Hitomi alza su mano con entusiasmo a lo que Reine suspira de forma cansada.

- ¿No te aburres de lo mismo? Esta vez comerás otra cosa.

- Ehh...Pero yo quiero pollo frito- replicó Hitomi como si fuese una niña que no estaba siendo consentida.

- Nada, esta vez iremos a comer un estofado, y ponte otra ropa, no recuerdo la última vez que no te vi con ese uniforme.

- Perooo...es más cómodo así~ aunque últimamente lo siento más apretado aquí.

Hitomi miró con incomodidad su enorme busto. Al no traer su saco, uno se podía darse cuenta fácilmente que los pobres botones de su camisa blanca hacían esfuerzos casi desesperados para no desprenderse.

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