Chapter 59

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Un mes después de los sucesos en Virralfa:

- ...

- Buenos días Dio-sa...D-Dio-s-s...

- Dio...buenos días

- ¿¡Cómo puedes decírlo tan relajada Rin!?

- ¡Y yo aún no entiendo por qué se te hace tan difícil llamarme por mi nombre!

- ¡Lo sientoooo!

- ¡No te disculpes!

- Eres ruidosa, Tori...

- Ara ¿tan temprano y ya está tan animado? ¿puedo unirme?...fufufuf...

- ¿Q-Qué pas-...¡Ahhh! ¡Otra vez!

En una de las tantas habitaciones del palacio que había sido reconstruído, Dio despertó, como siempre, al lado de sus sirvientes. Aunque esta vez Tori ya estaba de pie al lado de la cama junto con Rin que se comía silenciosamente un pan dulce relleno y Seira apenas entraba a la habitación cargando con una bandeja repleta de carne cruda y ensangrentada...no hace falta decir que era para ella misma. Dio también toleraba la carne cruda, y bastante bien, pero su mente le tenía asco...pero por otro lado la comida normal en verdad le daba asco a su paladar y su mente la deseaba y envidiaba a las personas que podían comer normalmente.

Pero ahora mismo, él no estaba pensando en eso...

O mejor dicho, ella...

- ¡Ahhhh! ¡Estoy harto de esto!...bueno, no tanto, pero ¡Ahhh!

Desde aquel día, Dio había descubierto una de las habilidades de su pasiva única.

- Pero Dio-sa-sa...t-te ves muy bien de esa forma.

- ¡Sabes muy bien que el problema no es eso! ¿Que tal si Reika entra y me ve de esta manera?

- ¡Ah! ¡Eso sería...triste...

Desde aquel día, Dio despertaba con la apariencia de una mujer rubia, era la apariencia de Eupheria.

En ese momento, Dio había "desbloqueado" su logro propio de un vampiro:

Adoptar la apariencia de sus víctimas.

En este caso, él envés de hacerlo de la forma tradicional que era succionando su sangre hasta matarlos, Dio adoptaba la apariencia de cualquier persona cuya alma era absorbida por él.

Esto, mas que parecer una habilidad realmente útil le estaba suponiendo un problema a Dio, ya que no lo podía controlar por sí mismo. Por suerte sólo sucedía mientras estaba dormido y por si acaso ellas se mantendrían alertas si alguien se acercaba a la habitación. Nadie sabía que él podía hacer esto y aunque la primera vez Dio se aprovechó de esto para saber sobre ciertas cosas, a la larga comenzó a parecerle molesto.

- ¡Tori!

- ¡Sí!

Tori que poseía la capacidad de modificar su propio físico, también había aprendido a modificar a otras personas, por lo que ella afiló sus garras hasta transformarlas en agujas e impulsándose se dispuso a clavárselas a Dio que...

- ¡O-Oye! ¿Qué estás haciendo?

- Voy a conectarme...con usted

- Hazlo de la misma manera ¡eso se ve muy doloroso!

- ¡Lo siento! ¡lo olvidé!...me emocioné...

- Siempre tan descuidada- suspiró Dio que gracias a ella podía controlar su problema...además de que había regresado a su tamaño original e incluso le había arreglado su metabolismo.

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