Chapter 7

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El joven guerrero parecía haber viajado durante días desde algún lugar lejano a juzgar por la suciedad que tenía en sus ropas y armadura.

No era nada ostentoso, simplemente llevaba una cota de malla que no era precisamente algo en lo que confiarías si una espada decide traspasarte. Al menos amortiguaba los cortes y golpes recibidos y a juzgar por el estado de ella, no había tenido casi ningún problema en su viaje con respecto a ser atacado por bandidos o monstruos.

Aparte de la cota de malla, tanto en sus brazos como en sus piernas tenía protectores de acero que no brillaban debido a que seguramente no lo limpiaban en días.

Montado en su caballo completamente marrón a excepción de su pelaje blanco en su frente con forma de estrella, Artorias se apeó de él una vez entró al territorio de un pequeño pueblo, cuya ubicación estaba a nada menos de cinco días de la ciudad más próxima.

Nadie se daría cuenta que este pueblo desapareciera del mapa si algún día sucediera algo y el joven que aparentaba veinte años se preocupó ligeramente por esto.

Su aspecto físico era común si lo comparáramos con los habitantes del pueblo en el que estaba y eso hacía pensar que en todo el país habían muchos como él. De cabello rubio, piel clara y ojos claros en general, eso se debía a que la región no era de un clima exactamente tropical, estaba muy al norte y aunque era verano, a menos que hicieras mucho ejercicio no sentirías tanto calor porque el clima generalmente era templado.

Artorias paseó sus ojos escarlatas por el lugar y las pocas personas que rondaban la calle principal lo vieron con distintas miradas, no parecían ser hostiles con los forasteros que llegaban y muchos incluso lo saludaban, ya sea con gestos o hablándole. Por lo que el chico no se sintió tan incómodo y caminó hasta detenerse frente a un edificio viejo de tres pisos. Estaba construído completamente de madera sin pintar y la entrada no era tan llamativa a excepción de un elaborado cartel de hierro que colgaba por encima y mostraba a ambas caras las letras "Posada" escrito con una caligrafía muy elegante y vistosa, aunque estaba algo sucia y corroída por el paso del tiempo.

Artorias ata al caballo en un pequeño poste cercano y luego de echar una última ojeada a su alrededor entró a la posada.

El interior de la primera planta funcionaba como un pequeño bar y restaurante con muchas mesas alrededor. El lugar era un poco oscuro y parecía que le daban poco mantenimiento a los muebles y la estructura, aunque de todos modos en cuanto a la limpieza del lugar, se podría decir que era más que aceptable.

Al fondo había un hombre fornido, de mediana edad que tenía una expresión de aburrimiento al mismo tiempo que se sostenía la quijada sobre su mano. Además de él no había nadie más, eso era debido a que casi todo el mundo estaba trabajando en algo, aunque el pueblo era algo grande, ahí sólo vivían campesinos que trabajaban la tierra en los alrededores. Habían muchos pueblos como éste en todo el mundo, la mayor parte de la cocecha era dirigida a la capital del reino mientras que los pobres se quedaban con una parte dependiendo del rey que tuvieran. Si tenían suerte podían quedarse con el cuarenta por ciento de la cosecha, pero en otros reinos la vida para los campesinos era miserable.
Pero éste pueblo en particular, no quedándose satisfecho con el cuarenta por ciento, muchos de ellos se dedicaron también a las artesanías y fabricación de vinos que luego los venderían a las caravanas de comerciantes que pasaban por el lugar cada siete o quince días. De esta manera este era uno de los pocos pueblos que habían prosperado por sí solos y todo se lo debían al jefe del pueblo que ahora era un hombre muy anciano y respetado por todos, en su juventud fue alguien muy activo que había hecho todo lo posible para que todo fuera como ahora.

Artorias había conocido la historia de este pueblo en boca de los mismo mercaderes y al llegar y verlo con sus propios ojos, sintió envidia. Él también había sido un campesino y el segundo de cinco hermanos que fueron vendidos como esclavos. Era algo normal que eso sucediera en familias como las de él ya que así los gastos disminuirían y con el dinero vivirían sin preocuparse mucho por un buen tiempo.

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