124. El territorio de Minerva (1)

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Frío.

Gélido.

Ventoso.

Sombrío.

Esas cuatro palabras vienen a mi mente al bajar del carruaje y mirar las grandes y altas rocas negras que albergan el castillo.

La última morada de Bendición.

¡Se veía mejor en los libros!

La primogénita de la diosa Ameritia se convirtió en la suprema sacerdotisa y fue ella quien esparció la palabra de la diosa a todo el continente, en su nombre inició un largo viaje desde Serum en el sur hasta Barbaros en el norte llevando las antiguas escrituras y construyendo templos a todo lo largo de su camino.

Esa fue su misión de Evangelización.

Hasta que la diosa Ameritia llamó a sus hijas de vuelta y Bendición no pudo terminar su misión, el territorio de Minerva fue el último castillo que pisó y más al norte se trazó una línea nombrando a ese sitio ¡Tierra prohibida!

El único lugar en el continente jamás pisado por una Santa.

Siento calosfríos.

– Hasta aquí puede avanzar el carruaje, el resto del camino tendremos que hacerlo cabalgando.

¿Estás seguro?

– Creo que caminaré.

Alexis me sujeta el brazo para regresarme y sonríe – no te dejaré ir sola, estarás bien.

¿Puedes asegurarlo?

No me gustan los caballos, son atemorizantes y sospecho que sienten el miedo, se dan cuenta cuando a alguien no le agradan y reaccionan.

– Respira.

– ¿Se lo estás diciendo al caballo o a mí?

– Dejaré que adivines, vamos.

El viento trae consigo un aroma salado, mis dedos se congelan y me cubro con el abrigo para calmar el frío, el sendero es muy estrecho y muy cercano al borde del acantilado, es un camino peligroso.

Los cuarenta minutos que nos toma llegar hasta la entrada me parecen eternos.

Entramos al castillo que es tan frío como el exterior y sigo cubriéndome con el abrigo.

– Enciendan las chimeneas y bajen el cargamento – anuncia el Marqués Quiral.

Alexis toma mi mano – buscaremos una habitación para que puedas quedarte.

No debería, pero estoy de acuerdo, de preferencia una sin ventanas y con una gran chimenea.

O viendo el estado del castillo, creo que me conformaré con una habitación con paredes y techo.

– Leer sobre este sitio era más entretenido y deja de burlarte.

– Es difícil, tengo curiosidad, ¿qué tanto dicen las escrituras de este castillo?

– Había una estatua de Bendición en la entrada, jardines inmensos, decoraciones y un campanario junto a una capilla, una sala de armas y un calabozo donde llevaban a los herejes.

– ¿Cuál era la parte emocionante?

Ya no estoy segura – creo que es igual a ir a la casa de un pintor, esperas ver algo impresionante y descubres que es una casa – más específicamente una casa que se cae a pedazos – había una puerta al vacío, Bendición fue llamada por la diosa Ameritia, la pared se desquebrajó abriendo una puerta y ella camino sobre el aire para llegar a la costa, las antiguas escrituras dicen que en el último momento miró hacia atrás y le suplicó a la diosa Ameritia que le permitiera terminar su misión de evangelización, pero la diosa la llamó de todas formas, se dice que algo sucedió ese año que hizo que la diosa se molestara con todos sus fieles y por eso tomó a sus hijas de vuelta.

La petición de la mujer malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora