74. Embarazo (2)

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Siento que pierdo fuerzas en las rodillas, no puedo con esto, de verdad no puedo.

– Señora, ¿cuál es la noticia?

– Es lo peor que podría pasarme, esto es realmente malo, no sé qué hacer.

– Señora, tiene que tranquilizarse, ¿qué es lo que pasó?

– Isabela está embarazada.

– ¿En qué la afecta eso?

– ¿Qué?

¿Lo dice en serio?, por supuesto que me afecta es, estoy, estoy hablando con una persona que no creció en la iglesia.

¡Por la diosa!

– En cada generación hay una Santa y al menos unas cincuenta sanadoras, ellas son el apoyo de la Santa y la iglesia siempre busca que no haya mucha diferencia en las edades, en mi generación la mayor de mis primas tiene veintitrés y la menor tiene diecisiete, una vez que la Santa queda embarazada es temporada de apareamiento para toda mi familia.

Sus ojos se agrandan, ahora entiende mi dilema.

– En los siguientes meses las sanadoras que no estén casadas tendrán que casarse y las que ya están casadas, tienen que embarazarse – mis manos se aprietan de forma nerviosa.

– ¿No puede haber alguna excepción?

Niego con la cabeza – cuando mi abuela se embarazó también lo hicieron las mujeres de su generación, entonces nació mi tío Benjamín, la iglesia trató de apresurarla para embarazarse, pero ella no quiso hacerlo, mi mamá y mi tía nacieron cinco años después, para entonces muchas de las niñas de su generación eran más grandes, por eso las comprometieron a los dieciséis años, se casaron a los diecisiete y se embarazaron de inmediato, tenían que alcanzar a su generación.

El compromiso de Elizabeth tendrá que apresurarse y yo

Tengo que calmarme, el General no lo permitirá, él quiere el divorcio y para lograrlo es importante que no tengamos hijos.

– ¿Qué pasa si usted no queda embarazada?

– Tradicionalmente la Santa bendice el vientre de las sanadoras que no pueden concebir, dudo que haya precedente para mi caso y no podré ocultarlo, los sirvientes que el Duque envió deben saberlo, el General y yo dormimos en las esquinas más alejadas de la mansión y en pisos diferentes, y no me embarazaré con los rayos de la luna.

Tal vez pueda hablar con él y pedirle que me apoye.

Cuando el General descubra lo que pasó, ¿qué es lo que hará?

Ágata toma mis manos – por ahora le prepararé el baño, no tiene caso preocuparse por lo que no ha sucedido, esperaremos.

Eso no calmará mi ansiedad, no quiero tener un hijo suyo, nuestro contrato de matrimonio lo establecía, él no puede hacerme eso.

*****

Afuera el viento golpea la ventana.

Ha sido un largo día lluvioso, ayer cuando me enteré del embarazo de Isabela pensé que el General hablaría conmigo, en lugar de eso cené sola y canceló nuestra siguiente visita al templo.

Le envíe una carta a mi tía Ernia y ella me aclaró que esperarán a la graduación de Elizabeth para celebrar su boda, sospecho que mi tío querrá apresurarla, pero sigue debiéndome dinero, por lo menos debe tener un poco de conciencia.

Después de pensarlo me di cuenta de que sobre reaccioné, me sentí aterrada y casi no pude dormir.

Gracias a mi madre, fui catalogada por tener un poder de sanación defectuoso, no podría ser considerada como madre de una nueva generación

La petición de la mujer malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora