98. La Sanadora Carmesí (8)

3.2K 441 171
                                    

La batalla fue una victoria.

No escuché rumores ni recibí noticas, lo digo porque el número de enfermos es muy bajo, unas cuantas fracturas craneales, cortadas y heridas de flechas.

Nada que amerite amputación o un tratamiento más radical.

Por las mañanas despierto en un solo lado de la cama, me preparo para ir al hospital y pasó ahí de tres a cuatro horas, el trayecto de vuelta a mi casa es tan corto que puedo hacer una pausa para comer y regresar más tarde.

No tengo horarios, lo único que Alexis me exige es que no trabaje demasiado y el personal del hospital es muy capacitado, no me necesitan todo el día.

Los árboles se ven más frondosos, más altos y cuando camino puedo escuchar el sonido de los pájaros.

Ca...yen...do.

Debo alejarme cuando están cazando.

– Señora, escuchamos noticias sobre la perra, quiero decir, sobre la señorita Escarlata.

Susana es la mucama más enérgica que he conocido, y tiene un excelente oído, a veces traía noticias que no se escuchaban con facilidad, en ocasiones creo que, en lugar de empleados, tengo espías entrenados.

– Buen trabajo.

– Dicen que la señorita Escarlata se ha estado haciendo pasar por usted y corrió a todos los sirvientes del castillo.

– Los sirvientes de confianza del Duque Daigo, ¿Sir Uriel?

Niega con la cabeza – espere a saber lo que pasó después, señora, el Duque Daigo volvió.

Antes de irme Tristán y el Duque dejaron el castillo dejándome a solas con la señorita Escarlata, Tristán viajó al campamento de Undra para conocer mi situación y el Duque fue a la capital para que el rey cambiara su decisión, pero Tristán volvió dos días después y viajé antes de que el Duque pudiera poner un pie en la capital.

– Regresó a todos los sirvientes y puso a la señorita Escarlata en su lugar, escuché que está encerrada y que le será muy difícil volver a poner un pie fuera del castillo.

Ágata frunce los labios – la próxima vez no traigas noticias que no hayan sido confirmadas, la señora no necesita enterarse de chismes.

Susana no pierde la sonrisa – es la señora quien decide.

Así que por esta razón le informaba a Ágata, ella trae todas las noticias que recolecta ya sean importantes o poco relevantes, y Ágata filtra la información decidiendo lo que debo saber y lo que no debo, estas discusiones ocurrían sin que yo las presenciara.

Las dos me miran esperando que decida.

Quiero confiar en Ágata, pero también quiero dejar de ser la única ignorante – cualquier cosa es relevante, siéntete libre de informarme.

Susana se ve extremadamente feliz.

*****

La guerra continuó, Barbaros atacó por dos frentes dividiendo sus hombres y enfatizando su ataque contra los hombres del ejército de Tiara e ignorando a los hombres de Undra.

Por ende, el número de heridos era mayor en un lado y casi inexistente en el otro.

Sin embargo, no todo estaba bien en el campamento de Undra, las heridas no eran tan comunes, pero debido a las infecciones, al clima frío y a la lluvia que llegaba sin previo aviso, muchos se enfermaban o se contagiaban de enfermedades extrañas, los medicamentos se acababan y herirse se estaba convirtiendo en una causa de muerte.

La petición de la mujer malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora